Aplauso entusiasta y unánime al futuro celtista. Políticos, empresarios y representantes de la cultura, el deporte y la sociedad de Vigo y toda Galicia acudieron ayer al acto con el que el Real Club Celta escenificó el momento "más importante" de la historia del club. "Todos estamos juntos", destacó el presidente Mouriño, porque "beneficia muchísimo a la ciudad".

"Hoy se terminan las ilusiones y empiezan las realidades. Se han definido los compromisos que nos dan tranquilidad a todos para hacer cosas que hasta ahora no podíamos", añadió ante los medios al término de la comida que reunió a más de 200 personas.

Mouriño celebró el acuerdo para la concesión de Balaídos, que definió como la "gran solución" para el club y el Concello vigués, y el respaldo de la Xunta a las futuras instalaciones en Mos. "Siempre peleamos por la ciudad deportiva antes que por la reforma de campo", subrayó sobre sus prioridades.

El presidente del Celta negó que la directiva se haya planteado en algún momento el traslado de la sede social fuera de la ciudad. "Al Salamanca lo compró una empresa de México y en cualquier momento alguien podía venir a Vigo y hacer lo mismo. Lo que decíamos es que si no se solucionaba la situación podía pasar esto", explicó.

Por su parte, el alcalde vigués, que también compareció ante la prensa, felicitó al Celta por su "proyecto ganador" y destacó que el equipo "seguirá jugando toda la vida en Balaídos". Tuvo buenas palabras para la nueva sede social de Príncipe, ya que permitirá al club que "esté enraizado en el centro de la ciudad".

"El Celta está dando pasos importantes en la buena dirección. Seguiremos juntos el presidente y yo mismo", añadió Caballero, que evitó cualquier comentario en otro sentido respecto a las discrepancias manifiestas entre Concello y club. "No voy a entrar. Hoy es el día del Celta", sostuvo.

El regidor vigués no avanzó fecha de conclusión de la reforma de Balaídos, pero sí recordó que incrementará su valor en 40 millones y que Concello y Diputación ya han invertido 15 millones.

Además del presidente Feijóo, la presidenta del Congreso, Ana Pastor, y el responsable de la Liga española, Javier Tebas, entre los invitados del Celta también se encontraban la alcaldesa de Mos, Nidia Arévalo, el presidente del Parlamento, Miguel Santalices, la subdelegada del Gobierno, Ana María Ortiz, y la responsable de Zona Franca, Teresa Pedrosa, y el del Puerto, Enrique López Veiga. La presidenta de la Diputación pontevedresa, Carmela Silva, no asistió.

La amplia lista de asistentes la completaban el vicepresidente autonómico, Alfonso Rueda, el presidente del Consejo Superior de Deportes, Xosé Ramón Lete, y Rafael Louzán responsable de la Federación Gallega de Fútbol.

Diputados autonómicos y nacionales, así como representantes y concejales vigueses compartieron mesa con varios alcaldes y responsables de las principales empresas de la ciudad y toda su área. También asistieron el obispo Luis Quinteiro, el rector vigués, representantes de la judicatura y el arquitecto Alfonso Penela, entre otros.