La Navidad siempre despierta la ilusión y el entusiasmo de pequeños y mayores. Año tras año, centenares de vigueses se dejan ver por el centro de la ciudad durante las primeras semanas de diciembre. El alumbrado público ejerce como aliado de comerciantes y hosteleros en una época del año en la que muchos establecimientos cuadran números para acabar el curso con la cuenta de resultados en color verde. Sin embargo, lo vivido este fin de semana en algunos puntos de la urbe no tiene precedentes. Miles de vecinos y visitantes colapsaron el centro de Vigo atraídos por el gran árbol de Porta do Sol, la enorme esfera situada en la Farola de Príncipe y el resto de elementos decorativos repartidos por las principales avenidas del entorno. Y los grandes beneficiados fueron los hosteleros, que tildan de "histórico" lo experimentado los dos primeros fines de semana tras el encendido del alumbrado.

Establecimientos llenos, existencias acabadas, terrazas abarrotadas pese a las bajas temperaturas y recaudaciones "récord". Numerosos locales del Casco Vello hicieron su particular agosto a principios de diciembre. "El año pasado notamos un aumento de clientes importante, pero lo que hemos vivido los últimos diez días no lo habíamos visto nunca. Ha sido espectacular", apunta Itos Domínguez, presidenta de la Asociación de Comerciantes y Hosteleros Vigo Vello, quien confirma que la realidad ha superado todas las expectativas. "Sabíamos que vendría mucha gente porque el Concello y los vigueses han promocionado mucho el alumbrado y encima no está lloviendo. Sin embargo, la avalancha de visitantes ha sido mucho mayor de lo esperado", anota la presidenta.

Un buen puñado de bares abrieron sus puertas los últimos dos domingos conocedores de que iban a recibir a muchos clientes. Durante buena parte del año optan por cerrar ese día porque las calles del Casco Vello están desiertas y la recaudación sería mínima. No ha sido el caso en esta ocasión. "El día del encendido varios gerentes me confirmaron que hicieron cajas históricas. Este domingo no sé si llegaron hasta ese punto, pero la afluencia de público invita a pensar que la situación fue similar", señala Domínguez, quien espera que la buena dinámica continúe durante las próximas semanas. "Es un mes muy importante y creo que lo salvaremos bien", apostilla.

Los que todavía no se han podido beneficiar de la avalancha de gente en el centro de la ciudad son los comerciantes. Pocas personas de las miles que paseaban por Príncipe o Urzáiz este fin de semana portaban bolsas de algún establecimiento. Sin embargo, en el sector todavía no hay voces de alarma. La situación es la esperada. "Todavía falta mucho para que llegue Nochebuena y la gente acaba de comprar en el Black Friday. Hasta mediados de mes no esperamos mucho movimiento", asegura Víctor Fernández, presidente de la Federación de Comerciantes de Vigo (Fecovi). "Es cierto que el centro estuvo colapsado, pero las tiendas no aumentaron su caja porque todavía es pronto", añade Enrique Núñez, gerente de la zona comercial Centro Príncipe.

Otro sector que no ha notado un repunte en la facturación ha sido el de los hoteles. Tampoco lo espera durante el puente de diciembre pese a que son conscientes del tirón que tiene el alumbrado navideño vigués. "Viene mucha gente a ver las luces, pero lo hacen desde el norte de Portugal o desde otros municipios gallegos y no pernoctan aquí", comenta el presidente de la Asociación de Hoteles de Pontevedra (Asehospo), César Ballesteros.