Mientras Papá Noel departía con los más pequeños en la casa nórdica instalada en Príncipe sobre su comportamiento durante el año, los adultos abarrotaban los establecimientos del centro de la ciudad en el primer fin de semana de apertura por las fiestas navideñas.

Miles de vigueses y de residentes en municipios cercanos aprovecharon el domingo y el ambiente soleado, aunque frío, para recorrer las tiendas y comprar los primeros regalos o detalles decorativos antes del inevitable atracón final previo a los días claves de la Navidad.

Tanto la casa de Papá Noel como la bola de Navidad de Urzáiz y el gran árbol luminoso de Porta do Sol registraron nutridas colas de curiosos durante todo el día que querían fotografiarse en el interior.

Y entre los paseantes, también podían apreciarse muchas caras de sueño pues ya han arrancado las tradicionales cenas de empresa y grupos de amigos como quedaba patente en la noche del sábado en los locales del Casco Vello.

Los más animados optaron por acercarse a la pista de hielo de Montero Ríos para poner a prueba sus habilidades y muchas familias decidieron pasar la tarde en el Auditorio Mar de Vigo, donde La Fiesta Escénica presentó su espectáculo circense "Galtük, un sueño de Navidad", en el que no faltaron los payasos, acrobacias y sorprendentes trucos de magia.