Toneladas de residuos se acumulan en las playas amenazando los hábitats naturales y la salud humana. Incluso en arenales que gozan de la mayor protección como el de Rodas, en el parque nacional Illas Atlánticas, los técnicos del Ministerio de Medio Ambiente retiraron en 2016 más de dos mil desechos, la mayoría piezas de plástico. El combate se libra a pie de costa y de forma manual pero la Universidad de Vigo trabaja en un proyecto europeo que sumará un nuevo aliado desde el aire. Gracias a drones dotados de distintos tipos de cámaras y a un software específico, investigadores de Ingeniería de Telecomunicación pondrán a punto un sistema para detectar y clasificar basura de manera automática que facilitará las campañas de limpieza, extender la superficie de muestreo y llegar a zonas de difícil acceso.

El proyecto europeo LitterDrone, en el que también participan la Asociación Española de Basura Marina (AEBAM) y la empresa Grafinta, arrancó a principios de año y ya ha realizado dos campañas de vuelo en Cíes, durante los pasados meses de mayo y septiembre. Y hace una semana, los socios se reunían en la sede del parque nacional Islas Atlánticas para poner sobre la mesa los últimos avances.

"El objetivo es que el sistema sea capaz de encontrar y caracterizar los residuos, de la manera más exacta posible y con la mínima intervención humana, en las imágenes obtenidas por los drones. Estamos trabajando con distintos tipos de cámaras, térmicas e infrarrojas, para determinar con qué información se obtiene la mejor clasificación", explica Fernando Martín, líder del proyecto e investigador del Grupo de Procesado de Imagen (GPI).

Tras los test iniciales realizados en la provincia de Cuenca por Grafinta, con una larga trayectoria en topografía, sistemas GPS y cartografía, los integrantes del proyecto se desplazaron a Cíes para volar sobre las playas de Rodas y Nosa Señora. Estas primeras pruebas ya sirvieron para decantarse por un cuadricóptero en lugar de un dron de ala fija porque el primero tiene una mayor capacidad de descenso.

"La altura ideal está en torno a los 10 metros. Si vuela más alto no es capaz de detectar los objetos de mayor tamaño y, por debajo, no resultaría seguro por el viento y posibles obstáculos", apunta Martín.

Las campañas de los investigadores en Cíes coinciden con los muestreos que realizan los técnicos de Medio Ambiente. Desde 2015, Rodas forma parte de las 26 playas de todo el país en las que técnicos del ministerio recogen y contabilizan la basura marina en transectos de 100 y 1.000 metros.

"Muestrean las playas en cada estación y coincidir con ellos nos permite comparar nuestra metodología y comprobar su eficacia. No pudimos hacer la campaña de verano porque el mal tiempo impedía que volase el dron pero volvimos en septiembre e intentaremos estar con ellos en la de invierno, que será en diciembre o enero. Y seguiremos haciendo vuelos durante 2018 para contar con más material", comenta Martín.

Además de volar sobre Rodas y Nosa Señora, los investigadores también tomaron fotos georeferenciadas de las dunas que resultan de interés para el parque Islas Atlánticas, un activo colaborador en el proyecto: "Nos ponen todas las facilidades y están interesados en los resultados".

La parte más compleja del proceso es la clasificación de los residuos, sobre todo, de los más pequeños como colillas, muy abundantes, bastoncillos de algodón o palitos de plástico de helados: "El sistema debe eliminar la arena, las rocas y la vegetación e identificar el tipo de basura detectada con toda la información de la que dispone. Lo más habitual es que los objetos se encuentren incompletos o semienterrados por lo que su forma no ayudará a identificarlos".

El sistema vigués permitiría enriquecer con imágenes y más datos los registros manuales del ministerio, además de facilitar la comparación entre épocas del año y la identificación de la procedencia de los residuos. "En verano, muchos son causados por los visitantes, pero en invierno llegan a la playa por efecto de las mareas o las corrientes y LitterDrone puede ayudar a detectar algún tipo de vertido o de basura marina originada por alguna instalación portuaria", destaca Martín.

El proyecto también tiene una vertiente de negocio y el grupo I-markt de la Facultad de Económicas realizará un estudio de mercado y un plan para su posible explotación. Y es que éste es el objetivo final de la convocatoria europea Blue Labs en la que fue seleccionado con una financiación de casi 400.000 euros hasta 2019.

Los clientes finales serían las administraciones públicas y en el comité local del proyecto ya están incluidos algunos de los entes interesados en sus beneficios: el parque Islas Atlánticas, el Puerto de Vigo, Intecmar, Adega, Ecoembes y el Grupo de Acción Local do Sector Pesqueiro de Vigo-A Guarda.

Hasta el momento no hay ningún producto en el mercado para localizar y clasificar basura marina desde el aire. "En China están desarrollando un estudio similar pero con tecnología láser, que es más cara. Y en Reino Unido existe un proyecto de iniciativa abierta en el que piden imágenes a ciudadanos de todo elmundo para clasificarlas con inteligencia artificial. No descartamos en algún momento colaborar con ellos", plantea Martín.