La planta de Vigo del Grupo PSA ya no competirá con las fábricas de Francia, Alemania o Europa del Este por futuros modelos, sino con las de África. Lo afirmó ayer rotundo el presidente de la multinacional automovilística francesa, Carlos Tavares, en su cuarta visita oficial a la factoría gallega, a la que animó a seguir mejorando en costes y calidad y a apostar por la Industria 4.0 para asegurarse un futuro en un sector cada vez más global. Tavares, que el jueves también estuvo en el centro de Mangualde (Portugal), se reunió con los cuadros directivos de Balaídos y el comité de empresa y supervisó personalmente la marcha del lanzamiento de la nueva generación de vehículos comerciales ligeros (furgonetas) de Peugeot, Citroën y Opel, el proyecto K9.

La visita de Tavares fue de carácter privado y de trabajo. El patrón, en su encuentro con los representantes de los trabajadores, fue claro: Vigo ya no competirá por próximos modelos con las fábricas europeas, sino con las del norte de África, principalmente con Kénitra (Marruecos). El ejecutivo portugués argumentó que Balaídos no puede caer en la autocomplacencia tras haber despejado su futuro más inmediato con el proyecto K9 y el V20 (un todocamino Peugeot previsto para 2020). Al contrario. Reconoció eso sí que frente al norte africano Balaídos ya no podrá competir en coste laboral, por lo que emplazó a la factoría gallega a apostar por las nuevas tecnologías -animó a aprovechar los avances tecnológicos que surgirán de la integración de Opel/Vauxhall-, la Industria 4.0, y a ser "creativos" e "imaginativos".

Tavares explicó al comité que el mercado y la competencia, en el sector del automóvil, son globales, y que no descarta exportar vehículos a Europa desde África. En este sentido, el lisboeta lamentó la inestabilidad política que se vive en el seno del Viejo Continente, así como las políticas que algunas administraciones están tomando y que pueden perjudicar al sector (en clara alusión al castigo al diésel y a la nueva apuesta por la electrificación del parque móvil sin evaluar bien las consecuencias en la industria).

Los sindicatos trasladaron al patrón que los trabajadores de Vigo estuvieron "a la altura" en los peores años de la crisis del Grupo PSA, ajustándose el cinturón -con un plan de competitividad que incluyó recortes salariales- y soportando sobre sus espaldas un incremento del ritmo de trabajo y de la flexibilidad laboral en el último trienio. Pero este apoyo, continuaron, no se está viendo recompensado "ni económica ni socialmente", por lo que esperaban un gesto de la empresa. Tavares se mostró de acuerdo a compartir con la fuerza laboral parte de los beneficios ahora que el grupo, el segundo mayor fabricante de coches de Europa y octavo del mundo, se está recuperando, pero declinó las peticiones de elevar la plantilla fija ante lo que pueda pasar en el futuro.

Los representantes sindicales de Balaídos también le expresaron su preocupación por el cambio en la política de compras de componentes por parte de las plantas del grupo hacia los países low-cost -sobre todo Portugal y Marruecos- y por las consecuencias que eso puede tener sobre el parque local de proveedores. Ante esto, Tavares señaló que los fabricantes de componentes y auxiliares tienen que ponerse las pilas para ser más competitivos. Y sobre Opel, el patrón les trasladó, según los sindicatos, que la marca alemana debe estar agradecida al Grupo PSA por haberla comprado, ya que su otra opción era acabar en manos del capital chino.

Nuevas furgonetas

Tavares, que acudió acompañado por altos ejecutivos de la multinacional francesa como Yann Vincent y Maxime Picat, pasó revista a la marcha del lanzamiento de las furgonetas K9 y visitó algunos talleres de la factoría. Sobre el lanzamiento, animó a los equipos a seguir trabajando en mejorar los ratios de calidad y se mostró convencido de que se superarán. Como curiosidad, el centro, que hasta ahora fabricaba las primeras unidades de prueba de los K9 los martes y miércoles, ensambló ayer varias furgonetas para que lo pudiese ver el patrón. En su anterior visita a Balaídos, en 2016, Tavares confirmó la adjudicación del V20.