En 2015 fueron 56, en 2016 se contabilizaron 40 y en 2017-a falta de mes y medio para que termine el año- rondan la veintena. Los incendios en coches aparcados en plena calle se están convirtiendo en una salida habitual por parte de los efectivos de bomberos de la ciudad. El último ejemplo tuvo lugar hace tan solo 48 horas en el barrio de Casablanca, donde tres fuegos previsiblemente intencionados calcinaron cuatro vehículos en las inmediaciones de las calle Cuba, Venezuela con Vázquez Varela y México. Este vandalismo junto a la quema también de contenedores o pintadas de paredes y escaparates pone en jaque a los comerciantes del entorno. Aunque reconocen que no puede calificarse de una zona "insegura" o "conflictiva", sí reconocen que estos actos pueden llegar a devaluar el barrio y por lo tanto sus negocios o inmuebles.

Lo corrobora Fermín Lago, propietario de un negocio de fontanería de la calle Venezuela. El comerciante reconoce haber sido víctima de "rayazos" mientras señala en paredes colindantes varias pintadas. Considera que estas actividades "terminarán por devaluar el barrio". "No es una zona insegura pero la vigilancia nunca sobra", asiente Lago. "Oscuro" y "solitario" es como define el entorno una comerciante de la calle Bolivia. Marimar Franco, dueña de una floristería, reconoce que el emplazamiento de El Corte Inglés les da "garantías" al estar sus vigilantes de seguridad aunque señala que se trata de una zona "muy triste" tras el cierre del Hospital Xeral. "Hay muy poca vida y sobre todo muy poca luminosidad. Por el día bien, pero por la noche queda muy oscuro. Más luz en la calle aportaría mayor seguridad", aprecia esta autónoma.

Por la contra, sí hay comerciantes que han sufrido en primera persona no solo actos vandálicos o destrozos, sino también intentos de allanamiento a sus locales. Es el caso de Belén Castro, dependienta y propietaria de una pequeña tienda de alimentación en el calle México. En los últimos meses ha sufrido hasta cuatro tentativas de robo, la última la semana pasada. "No consiguieron entrar pero sí trataron de reventar la puerta y tuve que cambiar la cerradura", lamenta esta trabajadora, que dice no entender cómo ocurren estas situaciones en calles "tan céntricas". "Por las noches se vuelve una zona un tanto intranquila; que en un sitio tan céntrico intenten robar cuatro veces es mucho", matiza desde su tienda Belén Castro.

De estos y otros hurtos también se hizo eco Chelo, comerciante de una tienda de golosinas en la calle Vázquez Varela. "No me había enterado de los incendios en los coches, pero sí es cierto que cuando abrimos el negocio vimos los restos de la espuma del extintor", explica esta trabajadora.

Por la contra, otros empresarios señalan que estas actividades "no son habituales" y reiteran la tranquilidad de la zona. "No creo que sea una zona insegura. Personalmente nunca he tenido ningún problema y espero que estos episodios no lleguen a afectar al valor de la zona", advierte Ángel Argibay, dueño de un bar del barrio de Casablanca. Su observación coincide con la de Susana Pérez, empleada en una farmacia frente a El Corte Inglés, quien indica que "en 20 años" nunca fueron víctimas de ningún acto vandálico.

Belén Castro - COMERCIANTE CALLE MÉXICO

"En los últimos meses sufrí cuatro intentos de robo; en una zona tan céntrica es mucho"

Fermín Lago - COMERCIANTE CALLE VENEZUELA

"Sí es cierto que hay pintadas y rayazos en los escaparates pero no es una zona insegura"

Marimar Franco - COMERCIANTE CALLE BOLIVIA

"Mi calle, por ejemplo, está demasiado oscura y solitaria; se necesitan más luces de noche"