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El absentismo en las aulas crece un 20% al sumar 44 expedientes en el último curso

La Fiscalía actuó en seis ocasiones mientras que un caso se derivó al servicio de Familia

El absentismo en las aulas crece un 20% al sumar 44 expedientes en el último curso

La asistencia a clase se ha convertido en un fiable indicador que incide directamente en el éxito o fracaso del alumnado. El control del mismo parte de los profesores del menor, encargados de contactar con los progenitores o tutores del escolar o incluso de dar parte de la situación a instancias superiores como Inspección Educativa cuando los casos son lo suficientemente graves. En el último curso escolar, la Consellería de Educación abrió 44 expedientes en un total de 24 colegios de Vigo por la ausencia injustificada y prolongada del alumnos a su respectivo centro educativo. Aunque miembros de la comunidad educativa señalan que no se trata de una realidad "preocupante" en la urbe, reconocen que es un problema "que siempre va a más". Las cifras lo reflejan. En el periodo lectivo 2015/2016 los colegios activaron 35 expedientes frente a los 44 registrados en el pasado curso escolar. "No se puede decir que sea grave pero hay que atajarlo porque está claro que siempre va a más. Los colegios tenemos aquí un trabajo añadido a nuestra función educadora", señala el director del centro Canicouva, Ramón Méndez.

¿Cuándo debe abrirse este expediente de absentismo? La ausencia indebidamente justificada del 10% del horario mensual -o lo que es lo mismo, faltar dos días al mes a clase- obliga al centro escolar a dar parte a los padres del alumno. Este control debe realizarse de forma diaria por parte del tutor de la asignatura correspondiente y quedar debidamente registrado. Si uno de estos alumnos falta más de dos jornadas al mes, el centro convoca a los progenitores en los siete días posteriores a una reunión con la finalidad de analizar la situación que se está produciendo y tratar de corregirla. Si esto finalmente se produce, se archiva el expediente. Diez de los 44 casos registrados el año pasado pudieron resolverse gracias a la intervención del propio centro y a estas reuniones, en las que también debe estar presente la jefatura de estudios. "El protocolo de absentismo debería empezar y terminar en el colegio. Es el centro el que conocer mejor que nadie la situación y el que puede dar con la solución", explica Ramón Méndez. De no producirse el archivo del expediente, la dirección del centro educativo notificará al Servizo Territorial de Inspección Educativa correspondiente. "Normalmente cuando hablas con los progenitores y alertas de que la situación puede llegar a órganos superiores como Servicios Sociales o Inspección Educativa reaccionan y la situación vuelve a la normalidad. En general, los padres son responsables aunque hay justificaciones que se nos da que no son creíbles", matiza el director del Canicouva.

Estos protocolos de actuación por parte de los centros y de la Xunta son aplaudidos desde Foampas, cuya portavoz reconoce que en caso de ausencia del menor a las clases los progenitores lo conocen "al momento". "La prevención, como en todo, es fundamental. El sistema funciona y garantiza que los padres sean conocedores cuanto antes de la situación", aprecia Bertila Fernández.

Cuando el fondo de estas ausencias obedece a problemas familiares o de desprotección del menor, el expediente se deriva a servicios especializados en menores. Desde la Consellería se puso en conocimiento del Ministerio Fiscal seis casos para garantizar los derechos de los escolares. También se dio traslado al Servicio de Familia (Consellería de Política Social) de otro expediente por la "posible situación de desamparo" del menor.

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