La perrera municipal sigue ampliando su familia. Y no es algo positivo. Las instalaciones de A Madroa recibieron durante los meses de verano 211 perros, un número excesivo para un recinto que ya cuenta con más habitantes de los recomendados. Por fortuna no todos se quedaron. Alrededor del 63% fueron reclamados por sus dueños tras haberse extraviado, algo habitual en esa época del año. "Muchas mascotas se asustan con los petardos y los fuegos artificiales y salen corriendo de sus fincas. Después, cuando pasa todo el ruido, están desorientados y no saben volver a casa. Una vez en la perrera y gracias al chip son devueltos a sus propietarios", explica Vicente Viso, director del centro.

La temporada estival siempre es una de las de más trabajo para los veterinarios y empleados del recinto municipal. Desgraciadamente numerosos dueños siguen abandonando a sus animales de compañía cuando el calor comienza a apretar. "El trabajo de concienciación que se hace no es suficiente porque sigue habiendo casos. Siempre nos llegan más perros en verano y las adopciones tampoco aumentan en este periodo", comenta Viso.

Entre junio y septiembre una treintena de perros abandonaron la perrera para vivir en un nuevo hogar. "Las acogidas llegan, pero son a cuentagotas y la familia sigue creciendo", señala el director de la perrera municipal, quien pone en valor las instalaciones en las que se encuentran los animales. "Aquí tienen espacio para correr, saltar y jugar. No se nota que son más ejemplares de los que deberíamos tener porque tienen mucho espacio para divertirse, aunque urge que descienda el número".

Por todo ello Viso sigue haciendo campaña en favor de la adopción. "Un perro como los que tenemos aquí ofrece mucho más amor que cualquiera comprado en una tienda o a un particular. Han sufrido mucho y solo demandan un poco de cariño", asegura.

Ahora, a menos de dos meses para la Navidad, se inicia un periodo fuerte de acogidas. Muchas familias acuden hasta la perrera para que un nuevo amigo les acompañe en su día a día. Sin embargo, desde el recinto municipal se lo toman con cautela. "En febrero y marzo llegan muchos animales porque según sus dueños no se han adaptado a su hogar", lamenta el director.

Otra de las mejoras con las que cuentan los canes que residen en A Madroa está bajo techo. Hace poco más de un mes se inauguró un nuevo quirófano que cuenta con todo lo necesario para operar y tratar a los perros con alguna dolencia o lesión.