Dos semanas después de los incendios que devastaron gran parte del cinturón verde de la ciudad, las comunidades de montes comienzan a recibir las evaluaciones periciales sobre la superficie de monte quemado que en el caso de Coruxo se eleva a 171 hectáreas de monte comunal (el 73% del total) mientras que en Zamáns asciende a casi 51 y en San Andrés de Comesaña a 47, casi todo el monte comunal de esta parroquia a excepción de algunos "brotes verdes" en unos 4.000 metros cuadrados. Todavía no cuentan con datos otras dos zonas con monte en mancomún asoladas por el fuego: Valladares y Matamá que recibirán la valoración de los ingenieros este domingo y el lunes, respectivamente.

A estas superficies habrá que incorporar además la superficie de monte privado afectado y precisamente éste fue el que protagoniza este fin de semana buena parte de las primeras asambleas convocadas por los comuneros en Coruxo, Matamá y Valladares, que además de informar a los vecinos de los cauces administrativos que deben seguir para hacer la reclamación por daños y para sacar la madera quemada también tratan de concienciar a los propietarios particulares de la importancia de limpiar sus devesas y replantear la política forestal basada en el eucalipto.

Coruxo fue ayer la primera comunidad en celebrar una asamblea vecinal, "emotiva y sentimental" según precisó su presidente, Antonio Ocampo, que expuso a los asistentes lo tratado en las reuniones en el Concello, la Comisaría y el encuentro del pasado día 20 en Xinzo de Limia además de exponer pormenorizadamente la superficie afectada por los incendios, que también arrasaron el único Punto Verde del municipio. "Todo el mundo se ofrece a colaborar, desde jóvenes a personas de mediana edad y también más mayores", agradeció Ocampo, que no obstante recordó que lo prioritario ahora es evaluar el daño antes de tomar otras medidas.

Más asambleas

"Fue un incendio devastador y no se podría haber hecho más pero de nada sirve que las comunidades tengamos el monte cuidado y con frondosas si estamos rodeados de montes sin limpiar y llenos de eucaliptos y acacias", aseveró Carlos Comesaña, de la Comunidad de Montes de Comesaña, que convocó una asamblea conjunta con la asociación de vecinos para el próximo 4 de noviembre, a las 11:30 horas.

Más rotundo fue el presidente de los comuneros de Matamá, Indalecio González, quien explicará este domingo, en una reunión del Consello Parroquial, la necesidad de "recapacitar" el modelo actual en una parroquia donde la gran mayoría de la superficie forestal está en manos privadas (más de 150 hectáreas) mientras que el monte comunal apenas ocupa 20. "Los particulares tienen que entender que hay que trabajar para los nietos. Hay que hacer un cambio de especie y lo que intentaremos es por un lado forzar que replanteen su postura y también ayudarles para que puedan hacerlo. Sabemos que no es fácil pero es necesario, o lo hacemos así o estos árboles que rodean nuestras casas nos matan la próxima vez", aseveró.