El uso indebido de las tarjetas de aparcamiento para personas con discapacidad está a la orden del día. La Policía Local retira casi un centenar de cédulas al año por su uso fraudulento. La mayoría de veces se cumple el mismo patrón: un familiar, amigo o conocido del titular de la cédula se aprovecha de ella para aparcar en las plazas reservadas o evitar el pago de la zona azul, del que están exentos. Pero esto solo se puede hacer cuando se está transportado a la persona a la que se le ha concedido la citada identificación. De lo contrario, se está cometiendo un fraude.

Aunque esta práctica ilícita se produce a nivel general por toda la ciudad, agentes locales confiesan que es más habitual en zonas con mucha afluencia, como en las inmediaciones de los juzgados o de la Escuela Oficial de Idiomas, por ejemplo.

Cuando la Policía Local detecta un uso fraudulento de alguna tarjeta, ésta se retira de forma cautelar y se devuelve cuando es solicitada por su titular siempre y cuando haya sido la primera vez que se detecta su uso ilícito. En caso de reincidencia, se le retira y pueden pasar hasta dos años hasta que se le vuelva a conceder. Actualmente no se contemplan sanciones económicas para aquellas personas que se benefician de estas tarjetas sin ser titulares de las mismas, algo que los agentes consideran que sería adecuado hacer para frenar esta mala práctica.