La grave sequía que padece Galicia obliga al Concello a echar mano del plan de emergencia que había elaborado y activado por primera y última vez en 2011, otro año parco en lluvias. Con los embalses de Eiras y Zamáns al 48,27% y 44,37% de su capacidad, respectivamente, y el suministro de agua garantizado solo para los próximos 104 días (principios de febrero), el Gobierno local ha decidido declarar la fase de alerta de su protocolo. Ese primer paso tiene dos metas: concienciar a la población sobre el problema de la sequía y reducir el consumo un 5%. Para lograrlo contempla medidas como intensificar la búsqueda de fugas, suprimir servicios de riegos, baldeos, fuentes, bebederos que funcionan de forma continua y purgas en la red; reducir el llenado de las piscinas y presentar el plan sistémico del análisis de redes de Aqualia.

El protocolo del Concello prevé activar la fase de alerta cuando el suministro de agua solo puede garantizarse para 100 días. Si persiste la sequía y ese margen se reduce a 70 jornadas, se pasa a la categoría de escasez severa. De seguir el problema y quedarse en 40 días el margen de suministro, se entraría ya en una situación de emergencia. En el primer caso el objetivo es reducir el consumo un 10%. En el segundo -el de "emergencia"-, se pretende contraer un 25% la demanda global de agua mediante prohibiciones concretas, como el lavado de vehículos, riego y llenado de piscinas; o con campañas divulgativas "claras y concisas" encaminadas a disminuir el uso de agua.

"Estamos ya en un momento en el que hay que ahorrar agua, es una recomendación para toda la ciudadanía", explicó ayer el alcalde, Abel Caballero, tras anunciar la activación del plan de emergencia por sequía. Según detalló, el Concello ha enviado ya una carta a los alcaldes de todos los municipios que se abastecen de los embalses de Eiras y Zamáns para que apliquen medidas de ahorro.

El primer edil detalló que durante la fase de alerta se recomienda a la ciudadanía un consumo responsable del agua y la "prohibición aconsejada, no total aún", del llenado de las piscinas. Caballero también propuso pequeñas acciones cotidianas que ayudan a un uso más razonable del suministro, como "lavarse los dientes con un vaso de agua, utilizar las cisternas de forma eficiente o llamar al fontanero para arreglar posibles averías o pérdidas". Señaló además que se hará un "seguimiento continuo" del nivel de los embalses que nutren a Vigo, así como a otros municipios de la comarca: Redondela, Cangas do Morrazo, Moaña, Soutomaior, O Porriño, Gondomar y Mos.

La previsión de Meteogalicia anticipa que los cielos se mantendrán despejados al menos hasta finales de la próxima semana. Apenas habrá nubes hasta el viernes 3, cuando la probabilidad de precipitaciones se fija en el 55%. Las temperaturas se mantendrán por encima de los valores habituales para estas fechas. Hoy y mañana las mínimas no bajarán de 17 grados y las máximas rozarán los 30º. Durante la semana que viene los valores más elevados descenderán como mucho a 18º y los mínimos, a 11º.

Aunque 2011 -cuando se aprobó el plan de sequía- fue un año escaso en lluvias, 2017 va camino de superarlo. Hasta ayer se habían recogido en la estación de Avenida de Madrid solo 484 litros por metro cuadrado (l/m2) a lo largo de 89 días. Al cierre de octubre de 2011 se recabaron 523,1 en 87 jornadas. A principios de octubre el Concello -cuando Eiras estaba al 56,47% y Zamáns al 51,25%- ya había acordado medidas de ahorro para controlar el consumo, como suspender el baldeo y limpieza de calles con agua potable o restringir el riego en zonas ajardinadas. A pesar de que en 2011 llovió un poco más, los embalses permanecían más vacíos a finales de octubre. Eiras estaba al 42,66% y Zamáns, al 35,96%. El primer embalse tenía suministro para 90 días y el segundo, para 85.