La decisión municipal sobre el hotel Samil corre prisa. El recinto lleva 19 meses cerrado y su deterioro avanza a pasos agigantados. La oposición lo ha denunciado en diversas ocasiones y el gobierno local intenta mitigar los daños con seguridad privada en las instalaciones. En los próximos días renovará el contrato con un presupuesto de 14.000 euros para este ejercicio. Su intención es que en 2018 se empiece a actuar en la finca y ya no sea necesario mantener la seguridad. El Concello quiere acelerar al máximo los tiempos y tras adjudicar el proyecto, los nuevos dueños deberán presentar de inmediato un plan de derribo con dos meses de plazo.

La intención es que el nuevo hotel de Samil empiece a reconstruirse a lo largo del próximo ejercicio. La obra original arrancó a finales de 1966 tras aprobarse la adjudicación de la finca a Jovito Labandeira Carbajal, que presentó un proyecto de 62 millones de pesetas. Su ambicioso modelo se mantuvo en pie hasta 1971, año en que los juzgados declararon en quiebra al empresario y el pleno subrogó la concesión a la entidad Gran Hotel Samil Playa SA.

Este sería el primer cambio de manos del establecimiento, pero no el último. Por impago de la hipoteca, la concesión salió de nuevo a subasta en junio de 1986 y se la queda José Manuel Barbosa, que tres años después solicita autorización para transferir los derechos a la Sociedad Inmobiliaria Samil SA, de la que es socio junto a sus hijos. En el año 2002 la cadena hotelera HLG intentó convertir los bajos del inmueble en un casino, proyecto rechazado por las administraciones al no tener encaje legal. Los dueños solicitaron ampliar la concesión para invertir en su reforma, pero el Concello rechazó la propuesta en 2005.