Los cambios en el Puesto de Inspección Fronterizo (PIF) del Puerto de Vigo que las empresas demandaron públicamente hace casi un año ante el imparable desvío de mercancías a Leixões tardarán. Y bastante. Por la espantada de importadores que han provocado las trabas en ese puesto de Guixar, la terminal lusa va camino de captar 200.000 toneladas anuales, según estimaciones de la patronal gallega transitaria. Para frenar esta sangría de tráficos, la Autoridad Portuaria envió hace meses a Sanidad un decálogo de mejoras consensuadas entre las principales organizaciones viguesas vinculadas al sector de la pesca, el congelado y la conserva. Desde el ministerio aseguraron ayer a FARO que se evaluarán todas las propuestas, incluidas las de Vigo, pero avanza que su concreción saldrá de un proceso de análisis "conjunto" con otras instituciones implicadas en el control fronterizo, por lo que cualquier posible mejora no será a corto plazo.
El ministerio de Dolors Montserrat, a través de la Secretaría General de Sanidad y Consumo, dice que "sigue trabajando con el máximo rigor para realizar un seguimiento del funcionamiento del PIF de Vigo". Enmarca dentro de este seguimiento la realización de "diversas líneas de actuación que están siendo evaluadas y que serán trasladadas a cada uno de los departamentos concernidos", aunque sin aclarar en qué consisten.
Sobre las medidas adoptadas hasta la fecha, además de las auditorías sobre el PIF de Vigo -una externa y otra de la Comisión Europea-, cita la remisión "del Protocolo de Control Documental a los principales agentes nacionales, dentro de los cuales se encuentra también el PIF de Vigo, para la aplicación del mismo en todo el territorio Nacional". Se refiere al documento que al menos a los directivos de las asociaciones viguesas les pareció que hacía aún más farragosa la inspección de mercancías e igual de expuesta a la arbitrariedad del funcionario. Dentro también de esas líneas de actuación, el ministerio incluye "un plan de seguimiento de reuniones internas y externas tanto con el PIF como con representantes del Puerto, con el fin de abordar y discutir el día a día de las actuaciones del puerto". Para rematar estas explicaciones, Sanidad anuncia que seguirá "trabajando en colaboración con la Autoridad Portuaria y todos los sectores implicados para garantizar el nivel de protección de la salud y mantener la competitividad del puerto".
En Praza da Estrela empiezan a impacientarse, y su presidente, Enrique López Veiga, por mucho que lo intenta evitar, sus declaraciones suenan a reproche: "Ha pasado bastante tiempo, pero mantengo la confianza en la ministra de Sanidad, y en nadie más". Fue la titular de este ministerio, Dolors Montserrat, quien tras recibir en Madrid a directivos de Conxemar en diciembre del año pasado ordenó a su número 2, el secretario general de Sanidad y Consumo, Javier Castrodeza, analizar el funcionamiento del criticado puesto de control fronterizo y plantear posibles mejoras. Transcurrido este tiempo, para Veiga los problemas en el PIF persisten y tampoco tiene respuesta de Castrodeza a las alegaciones al Protocolo de Actuación consensuadas por organizaciones viguesas como Conxemar, Anfaco, Confederación de Empresarios. Unas alegaciones que "deberían ser atendidas por buenas y porque son la solución", zanja Veiga.
