Las secciones sindicales de la CIG y CUT en Balaídos -minoritarias- han vuelto a convocar huelga todos los sábados de octubre y noviembre -pese a ser jornadas con carácter voluntario- para denunciar las condiciones laborales en la planta, que califican de "esclavitud" por la sobrecarga de trabajo que soporta una plantilla que, según denuncian, en el último año perdió 300 puestos indefinidos. Los paros no cuentan esta vez con el apoyo de CC OO, que ha valorado las medidas y compromisos que la dirección ha puesto sobre la mesa, ni de UGT ni del SIT-FSI, el sindicato mayoritario.