25 radares están en mapa de la DGT por ser los que más flashes disparan de toda España. Solo estos cinemómetros sorprendieron infraganti el año pasado en las carreteras del país a más de 633.000 automovilistas. En el ranking de los radares fijos que pillaron a más infractores hay dos aparatos fijos ubicados en la red viaria gallega: en la A-55 a la altura de Mos, en uno de los accesos a Vigo, en el puesto 13 en número de denuncias en todo el país, y en la N-634, en O Marquiño en el concello coruñés de O Pino, en el puesto 21. A la cabeza se sitúa un cinemómetro de Córdoba (en la A-4), con más de 80.000 excesos de velocidad interceptados el año pasado.

El informe sobre los radares fijos "más multones" de la DGT publicado en marzo por Automovilistas Europeos Asociados (AEA) revela que 7 de los aparatos más activos en 2015 estuvieron inoperativos el año pasado. Es el caso del radar situado en el kilómetro 18,2 de la A-6 en Madrid, que hace dos años figuraba como el más activo de España, con más de 68.000 denuncias, o el de Pedrizas en la A-45, en Málaga, que en 2015 sorprendió a casi 58.500 conductores a más velocidad de la permitida.

En el caso de Galicia, tanto el radar de la A-55 en Mos como el coruñés de O Marquiño figuran desde hace años en la lista de los más sancionadores del país. Sin embargo, en 2016 se detectó un desplome en el número de denuncias interpuestas. Hasta un total de 21.570 flashes disparó el año pasado el cinemómetro del acceso a Vigo (una media de 60 cada día), una cifra que se queda muy por debajo de los más de 49.000 del ejercicio anterior, lo que supone un descenso del 56%. En la misma línea, el radar de O Marquiño pasó de más de 25.000 denuncias en 2015 a un total de 17.661 el año pasado (48 al día), lo que se traduce en una caída que alcanza el 30%.

Detrás de esta reducción, según apunta el presidente de AEA, Mario Arnaldo, hay dos factores. Por un lado el hecho de que se trate de "radares conocidos" ya por los usuarios y les lleve a prestar más atención a la limitación de velocidad, pero también a que hayan podido estar inoperativos durante un tiempo. "Se trata de un enigma, en especial en aquellos aparatos que se ha pasado del infinito a la nada. La DGT debe explicar a qué se debe", reclama Arnaldo.

Aunque Galicia dispone de más de medio centenar radares fijos, el informe de AEA advierte de el año pasado solo estuvieron operativos un total de 33 -diez en Pontevedra, siete en Lugo, seis en Ourense y la decena restantes en A Coruña-. La horquilla de denuncias por velocidad e la comunidad va de las más de 21.500 interpuestas por el cinemómetro de la A-55, en Mos, en Pontevedra. De la provincia de Ourense, encabeza la lista el radar situado en la N-120, en el kilómetro 459, con casi 14.300 denuncias el año pasado. Y de Lugo, el más activo es el cinemómetro del punto kilométrico 470 de la A-6, con un total de 11.301 denuncias.

En el conjunto del Estado, la comunidad de Andalucía copa el mayor número de sanciones de radar (casi 490.000), seguida de Castilla y León (más de 230.000) y Castilla-La Mancha (196.400). En el extremo opuesto, se encuentran los de Canarias (5.193), Asturias (13.805) y La Rioja (14.621). Los radares más productivos fueron los de Navarra, con 11.424 denuncias por aparato, y Andalucía, con 7.185. Y los menos, los de Asturias (920 sanciones por aparato) y La Rioja (1.731). La mayoría de infracciones fueron en autopistas libres de peaje y autovías.