Igual que la arquitectura o los acentos identifican a las ciudades, los taxis también son, en ciertas ocasiones, una marca distintiva de un territorio. En las calles de Londres, por ejemplo, resultan inconfundibles los elegantes coches negros de la London Taxi Company. En Nueva York llamaría la atención ver un taxi que no fuera un gran turismo amarillo con letras negras. Pero sin necesidad de viajar tan lejos también es posible encontrar peculiaridades entre los taxis de distintos municipios. Por Oporto, por ejemplo, se ven autopatronos al volante de amplios vehículos negros con el techo verde o turismos beis. En Barcelona, son negros con las puertas y el maletero de un vistoso color amarillo. En Madrid los coches tienen una franja oblicua roja que atraviesa su puerta. Mucho más cerca, en Pontevedra, la línea es horizontal y de un tono azul celeste.