- Volverán al Mar de Vigo en noviembre. ¿Cómo será el concierto que tienen preparado?

-Hay mucho que decir de él. Esta de Bartók ["Música para cuerdas, percusión y celesta"] es quizás la pieza más interesante para cuerdas del siglo XX. Porque, obviamente, no solo es para cuerdas. Tiene piano, chelo y un gran apartado de percusionistas. Tiene música folk, romántica, moderna? Tiene de todo. Es increíble. Estoy encantado de interpretarla con la orquesta, es la primera vez que lo haremos juntos. Bartok era húngaro Haydn vivió y trabajó en Hungría. Además esta sinfonía [la 94, "La sorpresa"] es una de las últimas que nos quedan de la serie de las Sinfonías de Londres, de Haydn, que estamos haciendo. Tendremos a Baiba Skride [para el "Concierto para violín y orquesta" de Chaikovski] que es una violinista de talla mundial, una de las mejores, una de mis favoritas y muy difícil tener hoy en día.

- ¿Ha percibido una evolución en el público vigués?

-Por su puesto. Es un público muy cálido. La manera en que responde a cuando interpretamos nos ayuda y nos apoya mucho. Realmente me gusta la atmósfera de estos conciertos. Estoy contento de que ahora continuemos haciéndolos en el nuevo auditorio. Es como una piedra preciosa desconocida y espero que lo podamos hacer más conocido tocando allí.

- Para usted es una temporada especial. Ha debutado con la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera y se estrenará también con la Filarmónica de Berlín. ¿Qué supone para usted?

-Me siento muy bien, es un gran reto para mí, porque tienes que demostrar que mereces la confianza que depositaron en ti. Estoy intentando dar lo mejor. Con la de la Radio de Baviera fue un experiencia maravillosa y funcionó muy bien. Definitivamente, ambas son de las mejores orquestas del mundo. En primavera, también dirigiré la Orquesta del Gewandhaus de Leipzig, que está al mismo nivel, así que soy muy afortunado esta temporada.