Dos minutos de reloj. Ese fue el tiempo que, tras 48 horas de aclimatación en el Museo del Mar, el Pergamino Vindel abandonó la vitrina en la que se expondrá durante los próximos cinco meses y se mostró sin barreras ante las cámaras. Fue sin flashes y bajo una luz tenue para preservar la integridad de este manuscrito de hace 800 años y tasado en millones de dólares, pero cuyo valor va más allá del económico. "Es una joya del origen de nuestra cultura que permite visualizarla en el mundo como rica, importante, secular y de gran valor", resaltó el rector de la Universidad de Vigo, Salustiano Mato, a lo que sumó que "detrás de ella está el sentimiento de todo un pueblo". Por ello, invitó a todos los gallegos a acudir a conocerla y a sentirse "orgullosos" de la importancia de su cultura.

Habrá que esperar hasta el próximo martes 10 de octubre para observarlo con más detenimiento, aunque ya a través del cristal de la vitrina. Ese será el día en el que se inaugurará la exposición, con la presencia del Rey emérito, Juan Carlos I.

Cuando el trovador Martín Códax compuso estas siete cantigas, a finales del siglo XIII, el galaicoportugués era el idioma de las élites, "con el que se cantaba y se hacía poesía y literatura", tal y como resaltó ayer el rector. Subrayó que fue "el pueblo gallego" el que consiguió conservarlo en el tiempo, por lo que llamó a los gallegos a sentir orgullo por ello.

En la presentación del códice, le acompañó el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, que incidió en que el objetivo de este proyecto es que las cantigas, vinculadas "a las élites y los reyes" en su origen, se acerquen "a la mayor parte posible de los gallegos" para que puedan "conocer una parte fundamental de nuestra historia y nuestra cultura". Cuenta que se persigue "trasladar la importancia de este documento" y "que sea conocido como una de las claves de bóveda del sentir gallego".

Entre otras cuestiones, la relevancia del documento radica en que 6 de las composiciones están acompañadas de pentagramas. Junto a las de Don Dinís, rey de Portugal, son las únicas muestras encontradas de la canción profana galaico-portuguesa del siglo XIII. "Está considerada como la clave de los orígenes de la poesía vernácula y la música no religiosa en la península", destaca la Morgan Library.

Para albergar el manuscrito según las exigencias de conservación y seguridad que impone la Morgan Library, su propietaria, el Museo del Mar ha adaptado sus instalaciones en un proyecto de entre 180.000 y 200.000 euros, según especificó ayer su director, Vicente Caramés. El conservador de la institución neoyorquina que viajó con el códice, Frank Trujillo, le dio su visto bueno. Tras confirmar que todo está correcto, regresa hoy a Estados Unidos. No volverán hasta que se desmonte la exposición, que se clausurará el 4 de marzo.

La ubicación del museo al borde de la Ría y los grandes espacios de las naves industriales que lo cobijan no son las mejores condiciones para un documento de estas características. "Como joya que es necesita un cofre más pequeño", expuso Caramés. Así, se habilitó una sala de 206 metros cuadrados para facilitar la vigilancia y poder controlar los niveles ambientales. Se instaló un sistema independiente de climatización, así como de iluminación. También se reforzaron las medidas de seguridad con sensores de presencia y movimiento y cámaras de vídeo vigilancia.

"Tardó 800 años, pero vino con un pan bajo el brazo", agradeció Caramés, que ve este desembolso como una "inversión para el futuro" del museo que dirige. Sobre el pergamino, redescubierto en 1917 por el librero Pedro Vindel al desmontar la cubierta que protegía un libro, resaltó que está en "unas condiciones ideales", tras ser restaurado en varias ocasiones y "bien tratado". "Tuvo un periplo largo y variado, cada propietario actuó sobre él", explicó.

Por su parte, el comisario de la exposición, Francisco Singul, contó que el pergamino de finales del siglo XIII inspira una exposición con medio centenar de obras de la cultura gallega que lo contextualizan. Sobre todo, del medievo galaico-portugués, pero también alguna "de la creatividad contemporánea, fundamentalmente viguesa".