El Concello y la Diputación de Pontevedra amplían el convenio firmado en 2015 para reformar el estadio de Balaídos con el fin de completar la modernización del campo. Las dos instituciones cofinanciarán al 50% la reconstrucción de las gradas de Marcador y Gol y la ejecución de un aparcamiento subterráneo en las inmediaciones del coliseo celeste que resuelva los problemas de espacio que se encuentran habitualmente los aficionados. La Junta de Gobierno Local dará esta semana luz verde a la modificación del acuerdo y antes de que acabe el mes está previsto encargar la redacción del proyecto técnico de mejora de las dos gradas que quedan por contratar y del parking con mil plazas que discurrirá bajo la explanada que existe entre la grada de Tribuna y Manuel de Castro. A la espera de contar con el diseño definitivo, las primeras estimaciones cifran la inversión necesaria para completar la obra entre 30 y 35 millones de euros. Hasta entonces desde el gobierno local eluden fijar plazos para su ejecución.

"Estamos ante el momento cero del nuevo Balaídos. Éste es el paso inicial para la concesión del campo", aseguró el alcalde durante su visita de ayer por la mañana a las obras. Con sus palabras da por despejado el acuerdo con el Real Club Celta para pactar los términos de una concesión que incluirá la explotación comercial de los bajos de las gradas y del aparcamiento subterráneo que finalmente se construirá fuera del recinto. El primer planteamiento que realizó el Concello a Zona Franca en 2012 pasaba por construirlo en Marcador con 500 plazas aprovechando el interior de la grada y otras 700 subterráneas. Pero finalmente se construirá en los aledaños y su infraestructura "será determinante para evitar inundaciones en la zona de los vestuarios", recalcó el regidor vigués.

Gobierno local y Diputación se habían comprometido a avanzar en solitario en la reforma del estadio si Zona Franca y la Xunta, como finalmente se confirmó, no participaban en el proyecto. El anuncio realizado ayer "garantiza" la ejecución de la reforma de Gol y Marcador a partes iguales entre ambas administraciones. Y así lo quisieron escenificar Abel Caballero y Carmela Silva que acudieron al campo para supervisar el avance de los trabajos en Río junto al edil de Fomento de Vigo, David Regades.

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"Entramos en la fase definitiva para completar la reforma del estadio", destacó Caballero eufórico por lo que valoró como "una gran noticia para la ciudad y para el Celta" que se puede materializar, aseguró, "gracias a que los últimos resultados electorales llevaron el cambio a la Diputación", que financiará el 50% de un proyecto que rondará los 35 millones de euros. Hasta ahora llevan invertidos 5,1 millones en la reforma de Tribuna y otros 5,5 millones en la de Río, una partida a la que se sumará esta semana un añadido del ente provincial para renovar todos los asientos de Río Bajo. Es la pata que quedaba por asegurar, ya que antes del partido del jueves ante el Getafe ya estarán cambiados todos los de Río Alto destinados a socios del Celta.

El alcalde aprovechó la visita al estadio para afear a la Xunta "que no dedique un solo euro" a la reforma del campo del Celta, al que definió "como un embajador de Galicia en el mundo". Caballero instó al presidente gallego a aclarar si esta falta de colaboración "tiene algo que ver con su posición sobre la marcha del Celta de Vigo", en alusión a los movimientos realizados hace meses para explorar la construcción de un campo en Mos.

Lista de "ataques" de Feijóo

Arrancó por Balaídos y a continuación el alcalde criticó a Feijóo sus últimas declaraciones refiriéndose al "localismo populista de Vigo", algo que tildó de "grave insulto a la ciudad". Caballero lamentó que el presidente de la Xunta "no se entere" de las inversiones que aquí se realizan en materia deportiva, cultural o social y le preguntó "si con localismo se refiere a la defensa del AVE directo a Madrid, del área metropolitana que la Xunta llevó a los tribunales, del partido judicial o del aeropuerto". Tras repasar las múltiples "afrentas" autonómicas a la ciudad, el regidor acusó a Feijóo "de no tener la cabeza en Vigo ni en Galicia. Está pensando en dónde se va a ir dentro de tres años", le acusó.