Cuando una lesión, una operación o una enfermedad crónica obliga a un niño de hasta 16 años a una convalecencia de más de un mes en su casa o a faltas reiteradas durante medio año, hay medidas para que no pierda comba en la escuela. En el área metropolitana de Vigo, la Consellería de Educación envía profesores a domicilio a una veintena de niños.

Esta atención se presta desde hace quince años, pero no fue hasta hace dos años que se elaboró un protocolo para que respondiera a las necesidades de estos alumnos. Fue el caso de un niño enfermo de leucemia en Malpica, Hadrián Antelo, el que obligó a revisar la respuesta de la Administración en estos casos. "Lo hicimos para afinar más, mejorar el procedimiento y garantizar siempre que la atención no tuviese ninguna limitación por el número de horas y se fijase en función de sus necesidades", explica el director xeral de Educación, Manuel Corredoira.

El curso pasado, un total de 97 alumnos recibieron esta atención educativa domiciliaria en Galicia. A la provincia de Pontevedra pertenecían el 40% -38 en total- y, en concreto, al área metropolitana, alrededor del 20%. "Los niños suelen ser de Primaria y Secundaria, pero si hace falta se extiende a Infantil", explica Corredoira. La mayoría están "entre un mes y dos". Para atenderlos, Educación designó el curso pasado a un total de 16 profesores en la comunidad, cinco de ellos en Pontevedra. Esto arroja una ratio de 7,6 alumnos por docente en la provincia.

Una de las cuestiones que ha mejorado el nuevo protocolo es el tiempo de respuesta tras la solicitud, que los padres deben acompañar de un informe médico. "En un plazo máximo de cinco días tiene que estar resuelta, para que sea ágil", indica Corredoira y admite que antes había dilaciones que impedían el servicio: "Si para una atención de un mes tardaban quince días, pues ya no valía". El centro donde está matriculado el niño valora si puede atenderlo en su domicilio. Pero cuando las ausencias superan el mes es difícil. Educación elabora entonces un plan de atención individualizada y le envía un profesor, normalmente, de los centros de adultos. "Y si no hay ninguno allí, se manda", garantiza

En las clases se trabajan los "elementos esenciales" para que alcance las competencias clave y las evaluaciones se realizan de acuerdo con el centro en el que está matriculado. Si necesitan medios tecnológicos, se los facilitan.

Usuarios oncológicos

Desde Bicos de Papel, la asociación de ayuda a niños oncológicos del Álvaro Cunqueiro, destacan que el protocolo "es una maravilla", pero lamentan que no se lleva a la práctica y sostienen que el sistema deja mucho que desear. Piden que las clases se adapten más a las necesidades de los niños en cuando a horarios y formación del personal. Con su proyecto "Escola" batallarán en este sentido.