La falta de presupuesto reservado para pagar el salario de los jueces sustitutos este año mermó el trabajo de varios juzgados impidiéndoles realizar su función más intrínseca: dictar sentencias. Una de las víctimas de esta ausencia de fondos es el Juzgado de lo Mercantil número 3 de Pontevedra, con sede en Vigo, que lleva sin emitir un fallo desde el mes de julio cuando su titular causó baja por motivos personales y no pudo contar con un sustituto. Aunque esta plaza no fue cubierta, la sala pudo continuar con otros asuntos como la declaración de concursos de acreedores o la tramitación de reclamaciones contra compañías de transporte -su pleito estrella- gracias al trabajo de su Letrada Judicial, funcionarios y la ayuda de la juez del Juzgado del Registro Civil.
La ausencia de un juez titular desde el pasado mes de julio no solo afectó a la emisión de sentencias, sino que también obligó a suspender vistas o aplazar otras ya programadas para septiembre. Por el momento, y según precisaron fuentes judiciales, tuvieron que suspenderse siete vistas contra empresas aéreas y desde el juzgado tienen previsto aplazar para después de octubre cinco sesiones más de señalamientos, en torno a una quincena de vistas. La situación se mantendrá hasta la incorporación de la baja del juez titular, que según precisaron estas mismas fuentes se producirá el próximo 11 de octubre. Por el momento y durante sus meses de ausencia, la magistrada del Juzgado del Registro Civil de Vigo es la encargada de firmar aquellos trámites que requieren de la notificación de un juez, sin embargo no ha renunciado al trabajo en su propia sala, sino que ha compaginado en la medida de lo posible ambos asuntos.
Una promotora, a concurso
Un ejemplo que aleja el parón en esta sala es la declaración del concurso de acreedores de la empresa Promosurga, con sede en Bahíña, Baiona. Fue solicitada por la propia promotora y dictada el día 7 de septiembre. Según pudo saber este periódico, la entidad, creada en el año 2000 cuenta con una deuda superior a los 750.000 euros y entre sus acreedores figuraría la Sareb o popularmente conocida como el banco malo.
En su entrada en concurso destaca que la entidad no solicitó la apertura de la fase de liquidación -que supondría la extinción de la empresa-, sino que aspira llegar a un acuerdo para renegociar su deuda con los acreedores. Ahora será su administrador concursal quien se encargue de elaborar el informe de su situación económica.
