La primera fase del plan industrial de la planta de Vigo de la multinacional británica de componentes de automoción GKN Driveline (GKN Group) culminó este verano con la inauguración de la nueva nave de ensamblaje de transmisiones, acto en el que participó el consejero delegado de GKN Driveline, Phil Swash. GKN-Vigo tenía prevista una inversión de 17 millones de euros en la modernización de toda la fábrica para el periodo 2014-2018, como avanzó este periódico.

La nueva nave permite grosso modo separar parte productiva del proceso de ensamblaje, mejorando así los flujos logísticos con el consiguiente ahorro de costes para el centro, en el que trabajan cerca de un millar de empleados (es la mayor fábrica de componentes de Galicia por volumen de empleo). El objetivo del plan industrial es que GKN-Vigo se mantenga como referente en su segmento (tiene una cuota de mercado mundial del 5,5%). El centro se dedica al desarrollo y fabricación de juntas homocinéticas y transmisiones para vehículos de tracción delantera, trasera, a las cuatro ruedas y vehículos industriales. El plan incluyó una profunda reorganización de espacios, de la logística de entrada y reparto y modernización de equipos.

Los orígenes de Indugasa (Industrias Mecánicas de Galicia) se remontan a 1973. Ese año, Citroën Hispania y Seat fundaron Indugasa para fabricar componentes para sus factorías de Vigo y Barcelona. Trece años más tarde, en 1986, se llegó a cabo su venta a la multinacional británica GKN (un gigante multisectorial con presencia en 35 países y más de 58.000 trabajadores directos) y la compañía comenzó a diversificar su cartera de clientes. Desde entonces y hasta 2012, y a pesar de la cercanía con el centro de PSA-Vigo (puerta con puerta), GKN no fabricó ni una sola transmisión para Citroën (el grupo francés tiene plantas que producen los mismos componentes).