La icónica escultura de los Rederos situada al final de la Gran Vía de Vigo, en el cruce con Urzáiz, tiene los días contados. La escultura del ourensano Ramón Conde representa a unos robustos pescadores tirando por una red tendrá que emplazarse en otro lugar de la ciudad a causa de la transformación de la avenida con rampas mecanizadas.

La obra, realizada en bronce, pesa más de cuatro toneladas y mide 8.5 metros. Además, está construida teniendo en cuenta la inclinación de la calle. La clásica escultura ha vivido acontecimientos emblemáticos en la ciudad como las victorias más relevantes del Celta, celebrándolo con bufandas celestes, o el proyecto Enki para sensiblizar sobre la discapacidad.