Una de las cuestiones que persigue la reordenación del área sanitaria que propició la apertura del Hospital Álvaro Cunqueiro es la agrupación racional de los recursos, hasta entonces, dispersos en numerosos edificios. Una de las piezas que aún está aislada es la del programa de detección precoz de cáncer de mama. Este permanece en la Casa del Mar, separada de la unidad de mama del Chuvi, ubicada en el Meixoeiro, pese a que representa su principal vía de entrada de pacientes. El Sergas anunció que se trasladaría allí en 2017, pero el cronograma de las reformas en este hospital se está ejecutando con retraso. La Gerencia de la Estructura Organizativa de Xestión Integrada (EOXI) de Vigo prevé licitar las obras "antes de final de año" y ejecutar la mudanza a mediados del próximo.

El traslado de los dos mamógrafos de Beiramar al Meixoeiro se enmarca en la habilitación de unas nuevas dependencias para la unidad de mama. En la actualidad, comparte espacio con recursos humanos y recursos económicos e incluso la atraviesa el pasillo que conduce al salón de actos, lo que ha provocado que su disposición sea desordenada y algo incómoda para profesionales y pacientes. Se trasladará a la zona que ocupaba Hemodiálisis antes de su traslado al Álvaro Cunqueiro, donde dispondrá de mayor espacios y podrá mejorar los circuitos.

Estas obras van en el mismo paquete que la reordenación de los espacios de los servicios de Radioterapia y Medicina nuclear, también ubicados en el Hospital Meixoeiro.

Con el traslado, la Casa del Mar se vaciará de usos sanitarios. En septiembre de 2014 ya abandonó estas instalaciones el centro de salud de Beiramar, cuando el Sergas decidió mudarlo a un piso vacío en el de Rosalía de Castro. La Administración sanitaria se lo devolverá a su propietario, el Instituto Social de la Marina.

Por los dos mamógrafos de Beiramar pasaron en 2016 un total de 18.592 mujeres para una exploración dentro del programa de detección precoz. La cifra ha aumentado considerablemente. No solo porque crece el número de féminas comprendidas en la franja de edad a la que está dirigido este cribado -entre 50 y 69 años-, sino también porque ha aumentado el porcentaje de las que se someten a él. Si en 2015 era el 75,6%, el año pasado ascendió al 80%.

Supera así el objetivo de participación que perseguía el Sergas -el 70%- y también el nivel deseable -del 75%-, pero aún está por debajo de la media gallega de respuesta, que está en un 83,1%, y también de la de la provincia de Pontevedra, que el año pasado se situó en un 82,74%.

Fruto de estas pruebas se detectaron un total de 54 patologías malignos. La importancia de la detección precoz radica en que las posibilidades de curación aumentan en un 90%. Si, además, el tumor aún no se ha hecho invasivo, este porcentaje supera el 95%.

La citación para estas pruebas de cribado es bianual y se realiza por carta de diez a quince días antes de la cita. Si la prueba resulta negativa, las mujeres reciben el resultado nuevamente por correo postal ordinario. En el caso de que sea necesario realizar más pruebas, se informará a la mujer a través de una comunicación certificada y con justificante de recepción. En esa misiva se les facilita ya una cita para ser atendidas en la unidad de mama del Meixoeiro, donde se realizan todas las pruebas y se ofrecen un diagnóstico en la misma visita.