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La población de pintos y maragotas en Cíes triplica al del resto de las rías

Investigadores de la Universidad de Barcelona comparan la biomasa del parque Islas Atlánticas con la de zonas no protegidas para determinar si hay cambios en las especies y en su dieta

Un pinto y una maragota, en los fondos rocosos del archipiélago de Cíes. // Jorge H. Urcera/Bioimaxe

La población de pintos y maragotas en el Parque Nacional Islas Atlánticas triplica a la de las rías debido a la prohibición de la práctica de pesca deportiva en sus aguas. Biólogos de la Universidad de Barcelona han podido constatar esta abundancia durante una campaña realizada este verano en Cíes dentro de un proyecto estatal para analizar las estructuras de los ecosistemas y sus cambios dentro y fuera de las zonas protegidas.

"Los estudios en áreas con presión pesquera son sesgados. Es necesario analizar qué pasa dentro de reservas como los parques para entender el funcionamiento de los ecosistemas en condiciones naturales y determinar los efectos que puede tener la pesca fuera de estas zonas protegidas", explica Luis Cardona, integrante del grupo de investigación sobre Grandes Vertebrados Marinos, que desarrolla este proyecto en los parques de Islas Atlánticas y Cabrera.

La iniciativa fue seleccionada en la última convocatoria de I+D del Organismo Autónomo de Parques Nacionales, la de 2015, y cuenta con una financiación de 75.000 euros hasta diciembre de 2018. Los primeros muestreos se realizaron el año pasado en el Mediterráneo y este verano un grupo de siete investigadores de Barcelona y Baleares, entre ellos, el propio Cardona, desarrollaron el trabajo de campo en Cíes entre el 26 de junio y el 9 de julio.

Los estudios buscan determinar la estructura de la red trófica o alimentaria en aguas poco profundas, de entre 4 y 5 metros, y con fondos rocosos. De ahí que los expertos analicen desde el fitoplancton hasta los peces de mayor tamaño, pasando por algas, invertebrados como estrellas y erizos y también pescados más pequeños.

En Cíes, los biólogos recogieron muestras frente al cabo de Bicos, en la isla Sur, y en la furna de Monteagudo, al norte. Y como zonas externas de control eligieron Punta Corveira y las islas Estelas.

En cada uno de los puntos seleccionados tomaron muestras de entre 25-30 especies, siendo las más abundantes las de pintos y maragotas, por constituir la población más importante en densidad.

"En cada zona realizamos censos de las diferentes especies. Medimos el tamaño de cada ejemplar y de ahí obtenemos el peso y determinamos la biomasa. Y en estos estudios preliminares ya hemos podido ver que la biomasa de pintos y maragotas en el parque triplica la de las zonas de control. Aunque la prohibición de pesca es parcial, pues solo afecta a la recreativa, ya se notan mucho sus efectos", destaca Luis Cardona.

Los biólogos también realizarán en sus laboratorios de Barcelona análisis de isótopos estables -técnica de bajo impacto que solo precisa una pequeña muestra de tejido del animal en lugar de tener que abrir su estómago- para conocer la dieta de las diferentes especies.

"Los resultados de Cíes no los tendremos hasta el año que viene pero en Cabrera ya hemos visto que los peces del parque están más delgados que los de fuera porque dentro hay más población. Y también hemos encontrado variaciones en la alimentación de algunas especies como la julia y la cabrilla, que también se encuentran en Galicia aunque en el Mediterráneo son más abundantes", explica el experto.

En el archipiélago de Cíes, la población más elevada es la formada por pintos y maragotas, especies inexistentes en Cabrera, aunque también han recogido muestras de lubinas, una especie "muy rara" en Baleares, donde no habita en fondos rocosos. "El depredador más importante de pulpo y sepia es el mero, que en Galicia tiene muy poca presencia", compara.

Sin embargo, sí son comunes a ambos parques nacionales el sargo, que en el Mar Mediterráneo habita en aguas más profundas, y la mujarra.

"Hay cosas muy interesantes por analizar. Los pintos y las maragotas son la misma especie, aunque tienen una coloración diferente, y habrá que ver si funcionalmente tienen distinto comportamiento o si hay variaciones en su dieta", apunta Cardona.

"Los resultados que obtengamos ayudarán a mejorar la gestión de cada parque. Por ahora, ya sabemos que implementar la prohibición de la pesca recreativa ha aumentado mucho la biomasa de pinto y maragota en Islas Atlánticas. Estos peces comen mucho mejillón, estrellas y erizos, por lo que su abundancia puede tener efectos muy importantes sobre estas especies. Es clave tener en cuenta estos cambios", subraya.

Un proyecto inspirado en otro anterior sobre los leones marinos de la Patagonia

  • El grupo de investigación sobre Grandes Vertebrados Marinos pertenece a la Facultad de Biología de Barcelona y está dirigido por Álex Aguilar. Sus principales líneas de trabajo están relacionadas con focas o tortugas marinas, de hecho, el proyecto financiado por el Organismo Autónomo de Parques Nacionales tiene su origen en un estudio anterior sobre la población de leones marinos en las costas patagónicas. Los biólogos realizaron análisis de isótopos estables a restos óseos de animales que vivieron hace miles de años, en la segunda mitad del Holoceno, y compararon estos resultados con los actuales. "Revelaron que la captura de leones marinos a partir del siglo XVIII alteró su dieta y también la red trófica en esos ecosistemas. Por eso nos pareció interesante realizar un proyecto de estas características en nuestras aguas", explica Luis Cardona. En un primer momento, los biólogos también se plantearon incluir a los delfines mulares, presentes en los dos parques nacionales: "Pero los descartamos porque entran y salen constantemente de las aguas protegidas y, por tanto, mezclan su dieta y no son útiles para nuestro estudio. Nos interesan especies que no se mueven mucho y que hayan permanecido, como mínimo, varios meses en el mismo lugar donde las observamos. Por este mismo motivo también desechamos el cormorán moñudo, otra especie común en Cabrera y Cíes".

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