La naviera española Suardiaz transformará la nave de rederos de Bouzas en la futura base de mercancías de la autopista del mar Vigo-Francia y de la extensión de esta línea marítima a Tánger. El Puerto accedió a la petición de la armadora adjudicándole un local de 4.000 metros cuadrados de ubicación estratégica para las operaciones de los buques que cubren semanalmente esas rutas. Porque con el proyecto autorizado por Praza da Estrela, el estrecho vial que separa la edificación de la verja que delimita la explanada de vehículos desaparecerá, de modo que la nave pasará a estar conectada directamente con el recinto Ro-Ro. La intención de la compañía es iniciar las obras en octubre.

El proyecto de Suardiaz ha sido presupuestado en 500.000 euros. Según los detalles comunicados a la Autoridad Portuaria, una parte importante de la inversión, en torno a 150.000 euros, la consume la sustitución de la actual cubierta de la nave. Fabricada con amianto, este es un material que lleva años prohibido por su elevada toxicidad. Por esta razón su retirada conlleva unos requisitos en materia de seguridad laboral complejos y costosos. Concluida esta fase, la naviera habilitará en un lateral 200 m2 repartidos en dos plantas las oficinas y vestuarios. El resto de la superficie será la que funcione como depósito o almacén de carga de la autopista del mar. Desde vehículos nuevos hasta cabezas tractoras, semirremolques, planchas de pizarra y granito, y otros equipamientos.

Con la supresión del vial para anexionar la nave de rederos a la terminal Ro-Ro, además de brindar a Suardiaz una entrada y salida directa de sus mercancías hacia los muelles, servirá para aumentar el ámbito de la explanada donde estacionan los vehículos. Este planteamiento tiene el visto bueno de la Autoridad Portuaria, como prueba el hecho de que el retranqueo de la verja que está definiendo a propósito de la inminente licitación del derribo las viejas casetas de armadores ya traza los nuevos límites de la campa con la nave de rederos dentro de este ámbito.

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Para la actuación proyectada, la naviera calcula que podría concluirse en el plazo aproximado de seis meses. Y aunque pretende que los trabajos arranquen el próximo octubre condiciona esta fecha a que la nave quede completamente vacía por parte de los actuales inquilinos, los rederos. Pueda o no comenzar a obrar, a partir de esa fecha Suardiaz ya deberá pagar tasas por la concesión de la nave.

Cuando las obras concluyan la naviera procederá al traslado de sus oficinas al nuevo emplazamiento. Pero de momento nada ha informado a la Autoridad Portuaria sobre una futura renuncia a la autorización de uso de su actual sede administrativa, una edificación ubicada al norte de la explanada, casi pegada a la de Termicar.