Oporto refuerza su músculo portuario. El gigante empresarial turco Yildirim acaba de hacerse con el control de la terminal de contenedores de Leixões, principal rival del Puerto de Vigo en mercancías como la pesca congelada más que por mérito del enclave luso por culpa de las trabas burocráticas en el PIF de Guixar. Nada más cerrar la adquisición del resto de acciones que le quedaban, el grupo otomano -operador portuario líder en su país y en el "Top 20" del mundo- anunció algunas de las iniciativas que pretende llevar a cabo para reforzar, aún más, la competitividad marítima de Leixões en el noroeste peninsular. Para empezar, incrementará la superficie en tierra de la base contenedora hasta ganar una capacidad de 620.000 Teus al año con una inversión de 44 millones de euros. Pero no esperará a que concluyan las obras. Desde ahora y en los próximos tres años desplegará una ofensiva comercial dirigida a captar nuevos tráficos con descuentos en servicios a las navieras de hasta el 20%.

Como ocurrió recientemente en España con la compra de Noatum -el primer operador portuario nacional- por parte del grupo chino Cosco, la expansión de Yildirim en Portugal confirma el atractivo del suculento negocio de las terminales de contenedores. Con la última adquisición, la compañía turca suma siete concesiones portuarias lusas: cuatro de contenedores, dos de mercancía general y uno de graneles repartidos por Lisboa, Leixões, Setúbal, Aveiro y Figueira da Foz. De los principales muelles portugueses solo le faltaría por extender sus tentáculos en el puerto de Sines, si bien la prensa lusa sugería ayer que acabará tarde o temprano por tutelar al menos una concesión en ese puerto.

Fruto de esta tanda de adquisiciones en Portugal protagonizada por Yilderim desde hace apenas dos años se añadió a su red la terminal de contenedores de Ferrol Container Terminal (FCT,) en el Puerto Exterior de Ferrol, hasta ese momento propiedad del grupo luso Tertir. Esta es la razón por la que los planes del holding turco despierta cierto recelo en la comunidad portuaria de Vigo. Algunos operadores hablan incluso de que como sucedió en cruceros, con la alianza de A Coruña y Leixões, "se podría dar una pinza similar con Ferrol para tirar los precios y hacerse con una nueva tajada de tráfico de portacontenedores".

Con la Terminal de Contenedores de Leixões (TCL) bajo el mando de Yilderim, este recinto verá incrementada la capacidad de su explanada sur en más de un 26%, al pasar de los 490.000 depósitos actuales a los 620.000 al año. A cambio de la inversión en unas obras que concluirán en el plazo de tres años, el grupo otomano consigue ampliar de 25 a 30 años el plazo de la concesión que se mantiene con vigencia desde el 2000. Dentro de los acuerdos alcanzados con el Gobierno portugués, los nuevos propietarios se comprometen a aplicar un descuento comercial medio del 20% sobre el tarifario máximo, lo que sin duda atraerá a las navieras que como se comprobó con el traslado de Maersk de Vigo a Marín priman los bajos costes por encima de las instalaciones, incluso sin reparar en el calado.

En este sentido, el desembarco de los turcos en el puerto de Oporto no logra solucionar la principal debilidad de este puerto, como es la limitada profundidad de sus muelles .El Gobierno luso ya diseñó una solución proyecto de una nueva terminal de contenedores que presupuesta en 320 millones. La creación de este muelle en la zona orientada a mar abierto supone un desafío técnico comparable al que provocó el multimillonario desembolso de dinero público en la terminal exterior de A Coruña en Punta Langosteira. Tal vez aquí resida la razón por la que la iniciativa del segundo enclave contenedor de Oporto, desde que en febrero pasado la anunció a bombo y platillo la ministra del Mar luso, Ana Laura Vitorino, no haya vuelto a ocupar espacio en los medios de comunicación del país vecino.