-En la presentación de los actos por la llegada del Vindel se proyectó una encuesta a pie de calle sobre el pergamino y Martín Códax. La mayoría conocía al poeta, al menos, su importancia, pero desconocía el manuscrito.

-Martín Códax es bastante popular y las cantigas son muchísimo más conocidas que el pergamino y el librero que lo encontró en Madrid y que le da nombre.

-En otro de los vídeos usted destacaba que Martín Códax sigue inspirando a los músicos y poetas de hoy en día.

-La poesía gallega medieval tuvo una enorme calidad y Martín Códax fue un poeta buenísimo. El ciclo que se expondrá en el Mar de Vigo es, a mi parecer, de lo mejor de la poesía medieval de Galicia y, por tanto, de la historia de la literatura peninsular, de España y Portugal. El neotrovadorismo tuvo a gente egregia como Cunqueiro y Filgueira Valverde. Y actualmente las cantigas, para la música sobre todo, siguen siendo una referencia.

-La muestra permitirá recordar una época de nuestra historia quizá olvidada y en la que nuestra literatura era alta cultura en Europa.

-Sí, quizá esté olvidada y es necesario recordar su poderío. Nuestra literatura sigue siendo importante, pero en aquel tiempo el gallego era la única lengua poética en Castilla y Portugal, pues el portugués era la misma lengua con distinta realidad política. Durante los siglos XII, XIII y parte del XIV, fue la lengua lírica por excelencia, con influencia en Occitania.

-Se desconoce en qué escritorio fueron copiadas las cantigas.

-Es imposible saberlo. Los estudios de codicología y de paleografía, es decir, del soporte y de la escritura, sí revelan que fue escrito a cuatro manos por gente muy próxima a los copistas de las Cantigas de Santa María de Alfonso X, por tanto, estaban muy relacionados con un taller del rey o de alguna familia noble muy bien relacionada. Conservamos los códices de las Cantigas de Santa María porque pertenecían al rey y eran my especiales, pero estas otras colecciones se perdieron. Mi idea es que las cantigas de Martín Códax acabaron perteneciendo a un monasterio y, tras la Desamortización, aparecieron en el Rastro de Madrid. Lo digo porque se encontraron en la encuadernación de un libro de Cicerón. Y por suerte y gracias a la sagacidad del señor Vindel se pudieron recuperar.

-Durante el acto en el campus hubo voces a favor de que algún día vuelva para siempre.

-No será posible, el Vindel no está en el mercado. En los museos de Nueva York hay muchísimas obras de España de gran valor que no pueden volver porque fueron vendidas legalmente. Nos lo prestan y bueno es.