El puesto de socorrismo de Samil empleó ayer uno de sus DESA en la atención a un portugués de 73 años que sufrió una parada cardíaca. Fueron otros bañistas los que, minutos antes de las 13 horas, se percataron de que flotaba boca abajo en el agua, a 15 metros de la orilla. Lo sacaron y alertaron. Al punto se desplazó la Policía Local, la dotación sanitaria y la ambulancia del puesto de socorrismo, entre otros. También ayudó una enfermera que estaba en la playa. Se iniciaron las maniobras de reanimación cardiopulmonar y, en 8 minutos desde la alerta, ya estaban colocados los parches del DESA. El aparato mide el registro cardíaco y otras variables y decide si es adecuado dar descarga y, en esta ocasión, no correspondía. Pero la información que reporta es muy útil para el médico de la central del 061 que aconseja en el caso. Otros 10 minutos después, el paciente recuperó la respiración y fue trasladado al Cunqueiro.