La crisis del ántrax, la neumonía asiática la gripe aviar y, especialmente, el ébola son algunas de las alertas sanitarias internacionales que evidenciaron la necesidad de disponer de zonas en los hospitales donde aislar casos altamente contagiosos. Para estar preparado ante futuras amenazas, el Servicio Galego de Saúde (Sergas) prevé crear una nueva unidad de aislamiento en el Meixoeiro, que dispondrá de más del cuádruple de espacio que la actual. El objetivo es aumentar su capacidad -al pasar de dos a cuatro habitaciones-, así como mejorar las condiciones de seguridad.
El Meixoeiro cuenta, desde hace años, con una unidad de aislamiento que empleaba para aislar enfermos con patologías infecciosas, como la tuberculosis, o pacientes con hemodiálisis. En verano de 2014 se remodeló de urgencia al ser designado por Sanidade como centro de referencia para ingresar los casos sospechosos de ébola detectados en Galicia y hacer el diagnóstico -de confirmarse, se trasladarían a Madrid o San Sebastián-. Hace un año, el Sergas también decidió centralizar en ella lo ingresos por fiebre de Crimea-Congo que se produjeran en la comunidad. Además, Vigo tiene la consideración de puerto con atención a emergencias de salud pública de importancia internacional junto a Barcelona, Valencia, Bilbao y Málaga.
La unidad está ubicada en la esquina noroeste del Meixoeiro, a nivel de calle, con acceso propio. La Gerencia de la Estructura Organizativa de Xestión Integrada (EOXI) de Vigo, aprovechando la reordenación de los servicios y las reformas que se están ejecutando en el hospital, planea trasladarla a la planta segunda del bloque de hospitalización para poder dotarla de más del cuádruple de espacio que el actual. La actuación se agruparía con las obras de ampliación de las dependencias con las que el Servicio de Medicina Física y Rehabilitación cuenta en el centro, que el Sergas prevé licitar entre finales de este año y principios de 2019.
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En el espacio que ocupará la nueva unidad de aislamiento, en la actualidad, hay habitaciones del Geriatría. La Gerencia explica que "aún está por definir" si se eliminarán estas camas de hospitalización del Meixoeiro o se trasladarán a otra zona del hospital. Lo que asegura es que este servicio no perderá camas y recuerda que la tercera planta, con 60 camas, se ha mantenido cerrada desde que abrió el Álvaro Cunqueiro, a excepción de quince días.
La nueva unidad también tendrá acceso independiente al del resto de servicios del hospital. Será por la fachada este del edificio, aunque el circuito aún no está concretado. Contará con cuatro habitaciones -el doble de las actuales- con presión negativa -que controla que el aire, al abrir la puerta, no salga y se propaguen microorganismos- y además serán más grandes. Gerencia admite que las existentes, aunque válidas, son algo reducidas. La recomendación es que cuenten con 20 metros cuadrados para permitir el movimiento del personal e introducir el equipamiento necesario.
Pero son las esclusas y la zona de trabajo del personal las que más espacio ganarán con la remodelación y, con ello, se aumentará la seguridad. Para acceder a las habitaciones, en las actuales dependencias, el personal se coloca el traje en la "esclusa de limpio" y atraviesa la "esclusa de sucio", de acceso restringido, para acceder a ambos dormitorios. Es en esta última donde también se quitan y desechan todo el material y protección utilizado, al salir. Con la remodelación, estos compartimentos serán más amplios, con lo que los riesgos de estas delicadas maniobras se reducirán más. Además, cada habitación tendrá su propio espacio contiguo para los profesionales y no tendrán que compartir esclusa de sucio.
Con esta reforma, el Sergas quiere poner a punto la unidad de aislamiento del Meixoeiro ante las amenazas a la salud pública altamente contagiosas que puedan surgir en un futuro.
