Decenas de deportistas pasarán por las diferentes pistas del Náutico a lo largo del fin de semana. Sin importar mucho el deporte que practiquen, muchos de ellos aprovecharán la ocasión para reencontrarse con viejos amigos. La distancia que les separa durante todo el año queda reducida a escasos metros durante 72 horas. La cita olívica sirve para revivir viejos momentos con compañeros de fatigas y para recordar el desenlace de una competición disputada hace años.

José Ramón Ramírez vive en Valencia y decidió acudir este verano a O Marisquiño junto a su mujer y su hijo Marc. No es la primera vez que está presente en el festival, pero esta ocasión es especial para él. "Vine en 2011 y me llevé una grata impresión de la ciudad y de las pruebas. Quería volver y ahora lo he podido hacer con mi familia, que para mí es algo muy importante", destaca este rider de BMX.

Pese a que todavía no ha decidido si competirá en la modalidad de flatland -acrobacias sin despegar la bicicleta del suelo-, su objetivo en Vigo ya está más que cumplido. "Practicamos un deporte muy pequeñito y nos conocemos todos desde hace tiempo. Este festival nos permite volver a reunirnos después de muchos meses y la competición queda en un segundo plano. Lo importante es divertirnos y entretener al público de la ciudad", apunta el valenciano.