Cuando las medidas de protección frente a los maltratadores no dan el resultado esperado y los quebrantamientos de condena se convierten en una tipología delictiva cada vez más habitual en la sala de Violencia sobre la Mujer, poner freno a este peligro recomienda alternativas excepcionales y de mayor seguridad. Y esta es la decisión que se adoptó desde el Centro de Emergencias de Vigo (CEMVI) -quien acoge temporalmente y atiende a personas maltratadas- para seis mujeres a las que tuvo que derivar otros centros de Galicia o de fuera de la comunidad acompañadas de sus siete hijos menores de edad. "Intentamos no llegar a tomar esta medida para no desvincularlas de su mundo, pero en función del riesgo se trasladan a otras ciudades donde los menores son escolarizados al momento y junto a sus madres pasan a residir en una vivienda tutelada", señala Elena Molanes, directora del CEMVI desde hace tres años. Centro de Ferrol, A Coruña o Madrid (por arraigo familiar o facilidad laboral) fueron el destino de estas trece víctimas de malos tratos. Pero fueron muchas más las atendidas desde este organismo.

A lo largo del año pasado, 58 mujeres y 49 menores acudieron al centro en busca de ayuda. "Muchas de las mujeres entran sin haber denunciado a sus agresores, pero casi todas salen ya con la denuncia bajo el brazo", sostiene Molanes, quien hace hincapié en la colaboración policial e incluso vecinal para la detección de estos casos. "No primera la voluntad de la mujer por denunciar su situación, normalmente es la policía quien alertada por los vecinos deciden actuar. Si la mujer acude 'obligada' a nosotros, no va a funcionar. La mayoría lleva años padeciendo violencia psicológica o chantajes emocionales. Les cuesta abrirse y contarnos sus historias, llegan en estado de shock e incluso borran esto de su mente para poder sobrevivir. Hay que trabajar mucho la parte psicológica para que superen este miedo", explica la directora del CEMVI, quien se encontró con casos de mujeres maltratadas por el mismo hombre.

La colaboración de este centro con la Fuerzas y Cuerpos de seguridad e incluso con el Juzgado de Violencia es "total". Esta sala registró desde enero 749 denuncias, cifra semejante a las del año pasado por estas fechas. La situación en el centro también es similar a la de otros años si bien han tenido por primera vez a una víctima de violencia de género con riesgo extremo. "Estaba en contacto continuo con la policía; su maltratador era una persona muy peligrosa y que, por encima, estaba desaparecido", recoge la directora, quien aplaude la puesta en marcha de un protocolo de coordinación entre casas de acogida en Galicia que unifica los existentes para facilitar el ingreso de la mujer.