De los algo más de 7,3 millones de euros de bonificaciones y exenciones fiscales que aplicará este año el Concello, más de la mitad (4,17 millones) se corresponden con el Impuesto sobre Bienes Inmuebles, el IBI. Especialmente significativa son las relacionadas con viviendas de protección oficial (VPO), que alcanzan los 150.000 euros. Otros 360.000 responden a la instalación de sistemas de aprovechamiento energético. Dentro del capítulo del IBI se enmarcan también las exenciones a favor de centros educativos concertados, que representan cerca de 3,6 millones.

El capítulo de bonificaciones más abultado, después del que contempla el IBI y los impuestos sobre vehículos, es el que se refiere a los tributos que gravan el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana, que ascienden a 1,06 millones de euros. Las vinculadas al Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE) se fijan en 205.000 euros y al impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras, en 215.000.

El Concello aplica bonificaciones y exenciones a familias con poco recursos o numerosas, discapacitados o también a las motocicletas, ciclomotores y vehículos respetuosos con el medio ambiente. El Gobierno municipal pretende así favorecer la fluidez del tráfico y también contribuir a reducir las emisiones contaminantes.