Los adoquines que rodean la Alameda tienen las horas contadas y serán reemplazados por asfalto de última generación durante las obras de humanización de la zona, que se acometerán en la calle García Olloqui y la Plaza de Compostela con una inversión prevista de 1,2 millones de euros.

La junta de gobierno local dará hoy luz verde al proyecto de reforma que elaboró el arquitecto Pablo Menéndez Paz y que además de la mejora de la calzada y de las aceras también incluye novedades como iluminación en los elementos vegetales de la Alameda así como en las confluencias del tráfico rodado con el peatonal a través de focos en el pavimento.

La actuación será licitada en las próximas semanas y fija un plazo de ejecución de seis meses. No contempla la renovación de las instalaciones subterráneas de abastecimiento, saneamiento y resto de conducciones en esta zona, humanizada en 2005 durante el mandato de Corina Porro al igual que otros viales del entorno, todos ellos con adoquinado aunque en algunos ya se ha cambiado por asfalto.

El grueso de los trabajos del proyecto, encargado por la Concejalía de Fomento, se centrarán en la calzada, donde se retirarán los adoquines y se instalará sobre una solera de hormigón una solución de asfalto denominada mezcla bituminosa en caliente. Se trata de un aglomerado impreso más estético, con un color diferente al estar conformado por otros áridos y que permite incluso diseñar acabados discontinuos como un adoquinado de ladrillo, pizarra o piedra, pero con las ventajas de un pavimento continuo. Además, es más elástico que otros asfaltos por lo que absorbe mejor el ruido y las vibraciones del tráfico.

Frente a los adoquines actuales, muy deteriorados por el continuado tránsito de vehículos en esta zona, donde la velocidad está limitada a 30 kilómetros por hora, la nueva calzada supondrá una mejora considerable en cuanto a reducción de ruidos y también un menor coste y un mantenimiento más sencillo. Los propios vecinos de García Olloqui denunciaron en el juzgado los problemas que les causaban los adoquines y éste obligó al Concello a tomar medidas para atajar los molestos ruidos y las vibraciones que provoca el paso de los vehículos en esta calle y su entorno.

En lo que respecta a las aceras, la reforma plantea que se retire el pavimento actual en los tramos donde se prevé la creación de pasos de peatones adaptados, mucho más anchos que los actuales para mejorar la accesibilidad. Asimismo, para las zonas peatonales, el proyecto plantea un acabado adoquines de granito de dos tipos de espesor.