Cuenta atrás para la transformación de la escollera de Bouzas en un atraque para los grandes Ro-Ro. La Autoridad Portuaria de Vigo ha decidido poner en marcha ya una ambiciosa actuación que aunque destacada dentro de su Plan Estratégico se planteaba a muy largo plazo. Pero las previsiones de producción de PSA con el lanzamiento de nuevos modelos junto al creciente uso por parte de otras marcas automovilísticas de la gigantesca explanada han convencido al presidente portuario, Enrique López Veiga, de la necesidad de activar sin más pérdida de tiempo el nuevo muelle de la terminal boucense. Con este objetivo iniciará tras el verano los estudios previos de impacto ambiental de una obra que además de permitir la escala simultánea de hasta dos megabuques también aumentará la superficie del estacionamiento de vehículos. "La apuesta por potenciar el tráfico Ro-Ro será fuerte", avanza Veiga.
Este recinto se ha convertido en uno de los pocos del ámbito portuario que genera buenas noticias al presidente. Su actividad no para de crecer, como este junio cuando entre vehículos y mercancía transportada en semirremolques anotó un 8,5% más de toneladas. La presencia de barcos en sus seis rampas operativas es constante, más ahora con la cuarta frecuencia de la autopista del mar a Francia y la extensión de esta línea hacia Tánger Med (Marruecos). Así el crisol de coches que puebla la campa copada por los Citroën y Peugeot fabricados en Balaídos se ha enriquecido con vehículos de Renault, Toyota, Mercedes y otras marcas atraídas por la posición estratégica de esta terminal dentro de las rutas marítimas comerciales. En consecuencia, el inmenso relleno, con capacidad para aparcar más de 16.000 unidades incluyendo los silos, roza en muchas ocasiones la congestión.
Para aliviarlo el Puerto llevó a cabo este año algunas actuaciones como la reordenación de las zonas de estacionamiento, y con el mismo objetivo de ampliar el ámbito está a punto de licitar el derribo de las casetas de armadores situadas frente a la verja. "No nos podemos quedar cortos", justifica López Veiga para anunciar que "iremos a tope" con la transformación de la escollera en atraque. Como principal motivación, además de la posibilidad de atracar a grandes buques portacoches en un muelle con más de 18 metros de calado, esa obra conseguiría incrementar el aparcamiento al absorber 400 metros de una longitud ahora inutilizada por dedicarse solo a espigón.
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Por las características de la actuación deberá someterse a estudio de impacto medioambiental. Los ritmos de esta tramitación suelen ser lentos hasta la desesperación, y en muchas ocasiones acaban con los proyectos en un cajón. En este caso, López Veiga no ve motivos para que el nuevo muelle suspenda el exigente examen ambiental por plantearse con el sistema más inocuo, con "Duques de Alba", el pilotaje que sirvió para prolongar el muelle de Areal. Y al igual que ocurrió con esta obra el presidente aspira a que los 25 millones que costará ejecutarla reciban fondos comunitarios.Tampoco teme una contestación social dado que no afecta al tramo de acceso público del Paseo dos Peixes.
La transformación de esta escollera surgió del debate de los grupos de trabajo del Crecimiento Azul ( Blue Growth) con una encendida defensa por parte de las empresas que gestionan los vehículos por lo que fue recogida dentro del proyecto bautizado como "Terminal Ro-Ro Plus". También se incluyó en el Plan Estratégico que está concretando el equipo de López Veiga pero hasta la fecha todo indicaba que la obra acabaría postergándose. Hasta que altos ejecutivos del sector de la automoción anticiparon al presidente las previsiones de crecimiento de sus factorías. A partir de este momento en Praza da Estrela analizaron las distintas alternativas para aumentar la capacidad de las explanada a las expectativas de crecimiento del tráfico rodado. Al final los técnicos concluyeron que la inversión en otro silo sería parecida pero sin ese doble beneficio de actuar sobre el espigón al ofrecer un atraque de gran calado ganando a su vez espacio en tierra.
