Numerosos agentes de la Policía Local y efectivos de Protección Civil velaron por la seguridad de todos los presentes durante todo el recorrido. Sin embargo, uno de los momentos en los que más tuvieron que trabajar fue en la salida de la procesión. La multitud agolpada en los aledaños del templo del Casco Vello hacía difícil abrir una vía por la que pudiese pasar la imagen del Santísimo antes de adentrarse en la angosta calle Real. Fueron muchos los avisos que realizaron a los devotos para que se apartasen, retrasando incluso unos minutos su salida de Praza da Igrexa, a donde llegó puntual a las siete y media de la tarde.