Cientos de devotos recibieron con los brazos abiertos al Cristo de la Victoria. La imagen, uno de los iconos religiosos de Vigo, reposará en el altar Mayor de la Colegiata después de un multitudinario descendimiento. Tal y como sucede cada primer fin de semana de agosto, los fieles vigueses se reunieron en la Concatedral viguesa para honrar al Cristo de la Victoria y demostrarle su cariño acariciándolo con pañuelos y estampas. Los actos empezaron a las 19.30 horas con la novena y el resto de cultos de la tarde. El descendimiento de la imagen, previsto para las 20.45 horas, se produjo con casi veinte minutos de retraso. Una veintena de costaleros se encargaron de llevar a cabo la operación ante la emoción y los aplausos de una iglesia abarrotada.

El descendimiento es el segundo acto principal del programa de la jornada del sábado. Horas antes, Eugenio González de Haz pronunció el pregón destacando la evolución de la ciudad y la entereza de los vigueses para superar tiempos difíciles.

Ya mañana a partir de las once de la mañana el obispo Luis Quinteiro Fiuza oficiará una misa solemne y a las 19.30 horas comenzará la multitudinaria procesión que recorrerá el centro de la ciudad.