Al complicado trámite de aparcar en el entorno de Balaídos para los que trabajan en esa zona se le ha añadido en las últimas semanas un nuevo inconveniente ya que en el aparcamiento ubicado en el entorno del Lagares, una explanada situada entre la avenida de la Florida y la calle Pablo Iglesias se está produciendo el robo de baterías en algunos de los coches allí aparcados.

Dos de los empleados afectados citan el caso concreto de cuatro robos en menos de un mes aunque aseguran que se producen al menos "dos por día" y que es habitual ver ventanillas rotas y cristales en el suelo de ese aparcamiento, principalmente en las zonas más próximas al río.

"Dejé el coche a la una y media de la tarde y cuando salí a las diez ya no tenía la batería, fue a pleno día", señaló Antonio, que añade que le ha ocurrido dos veces en menos de un mes. "La primera vez fue el 26 de junio y la siguiente hace una semana, el lunes 24 de julio", concretó. Descarta que se trate de una venganza personal porque conoce el caso de otros dos trabajadores a los que también les ha pasado. Tras el segundo robo, puso una denuncia en la Comisaría de la Policía Nacional, donde también dio cuenta del primero, en el que además de quedarse sin la batería también sufrió daños en la carátula de la radio, que trataron de sustraer sin éxito.

"La primera vez fui a denunciar pero era muy tarde y me dijeron que volviese al día siguiente. Al final arreglé el coche con una batería vieja que tenía en casa y compré una ventanilla en el desguace por 10 euros pero la segunda vez ya di parte al seguro y denuncié en la Policía", afirma Antonio, que tras lo ocurrido se plantea poner una alarma en el coche o un sistema para "que no sea tan fácil que me vuelva a ocurrir".

Cuestionado al respecto de si tiene algún sospechoso, algo que también le preguntaron en Comisaría, asegura no tener ni idea de quién se trata y si es una sola persona o se trata de una banda.

En todos los casos el modus operandi es el mismo: el asaltante rompe con piedras una de las lunas del vehículo, accede al interior del mismo y acciona la palanca para abrir el capó delantero, de donde sustrae la batería.

"Pedí las imágenes de las cámaras de seguridad pero no funcionan", señaló por su parte Diana, que sufrió el mismo robo la semana pasada. "Al llegar al coche no abría y fue cuando vi la ventanilla rota y que me habían quitado la batería y no solo eso sino que cortaron los cables... hicieron una desfeita", relató. Precisa que el seguro se hizo cargo de la luna y que como no tenía cubierto el robo ha tenido que pagar la batería, que le costó 60 euros. "No se trata solo del dinero ya que es mucho peor el trastorno que causa, el hecho de que sales de trabajar y te encuentras con que no puedes irte a casa".

Un compañero de su oficina fue la siguiente víctima conocida aunque, al igual que Antonio, Diana indica que se trata de algo habitual y que en Comisaría, donde también puso una denuncia, admitieron que se trata de una "zona conflictiva". "Por allí no fueron, que yo sepa, pero sí me llamaron para preguntarme si tenía algún sospechoso", manifestó. A este respecto, afirma que hay rumores de que se trata de un hombre de unos cincuenta años al que han visto en "actitud sospechosa"en varias ocasiones pero que "podría ser cualquiera".

Diana, que desde lo ocurrido trata de aparcar en otras zonas, matiza que aunque los delitos se producen a plena luz del día no llaman la atención porque en esa explanada es habitual ver a personas arreglando vehículos. "No es un sitio donde te llame la atención que esté el capó abierto ni tampoco ver a alguien con una batería en la mano", asevera.

Vecinos de la zona confirmaron que los incidentes de este tipo son habituales en la explanada, situada enfrente de dos grandes superficies, y que los robos no solo se limitan a las baterías de los coches sino también a las ruedas de los vehículos.