Flanqueado por un taxi de Cataluña y otro de Madrid, uno de Vigo se situó ayer en la cabecera de la manifestación que recorrió las calles de la capital en contra del intrusismo y de "la liberalización encubierta" del sector para reclamar que se cumpla la normativa que regula a las empresas de vehículos de alquiler con conductor (VTC), como Uber y Cabify.

El vehículo vigués pertenecía a la delegación viguesa de Élite Taxi, que integra a casi un centenar de taxistas de Vigo. Entre ellos estuvo su presidente, Roberto Costas. Los convocantes (CTAE, Mesa Estatal del Taxi y Asociación Profesional Élite Taxi) cifraron en 8.000 los asistentes, participación que la Delegación de Gobierno bajó a 2.000. La principal reivindicación es que se respete la ratio legalmente establecida de una licencia de VTC por cada 30 de taxi.