Una veintena de arquitectos de Vigo, Pontevedra, Ourense, A Coruña y otras localidades gallegas visitaron ayer en la ETEA el edificio Faraday, que albergará la futura sede del Campus del Mar tras quince años de abandono, para conocer su estado de conservación y buscar inspiración a sus propuestas. Su icónica fachada es bien conocida y la mayoría de los profesionales ya habían recorrido el antiguo recinto militar en alguna ocasión, pero hasta ayer la única información que tenían de su interior era la aportada por las fotos y los planos facilitados por la Universidad.
Entre los visitantes se encontraban reconocidos arquitectos locales y de otros estudios gallegos, así como jóvenes profesionales que están iniciando sus carreras. "La zona es muy adecuada para ubicar el Campus del Mar y el edificio está bastante bien. Sería genial estrenarse en el ámbito público con un proyecto así, pero se presentará gente muy experimentada", reconocían dos de estas promesas formadas en la ETSAC de A Coruña.
El grupo de arquitectos que visitó ayer el edificio Faraday. // Marta G. Brea
El plazo de entrega de propuestas para el concurso de ideas finaliza el próximo 14 de agosto, así que muchos de ellos se han visto obligados a pasar buena parte de sus vacaciones trabajando sobre la mesa de diseño y en el ordenador.
La inspección de ayer les sirvió para constatar el buen estado del inmueble a pesar de los años que lleva cerrado, pero también para ser conscientes de la magnitud del reto. "Ha sido un poco frustrante, porque hemos visto más dificultades y el plazo es muy corto", señalaban dos arquitectos ourensanos.
"Se echa en falta más información porque es difícil definir una solución para un edificio como éste. El concurso debería hacerse en dos fases en vez de una y disponer de más tiempo y mucha más información estructural. Y también urbanística, porque el inmueble se relaciona con lo que está a su alrededor pero ahora mismo todo está vallado y sin un uso definido", añadían otros profesionales llegados desde A Coruña y Pontevedra.
El Faraday se empezó a construir en 1957 para albergar la residencia de oficiales, así como aulas y un salón de actos. Así que adaptar el programa mixto de usos a esta estructura constituye otro de los desafíos del proyecto. La futura sede del Campus del Mar, además de espacios institucionales, deberá disponer de aulas, laboratorios de investigación y espacios de coworking. También contará con una cafetería y una sala multifunción de acceso público e independiente.
"Hay que pensar bien cómo se puede relacionar todo. Encajar el programa será una de las partes más complicadas del proyecto", explicaban sobre este punto Ramón Viéitez y Brais Barreiro, del estudio vigués Arquétipos!
El pliego de la Universidad también destaca que la rehabilitación debe preservar el carácter patrimonial del inmueble, algo con lo que están de acuerdo los arquitectos. "La fachada tiene un valor histórico importante y forma parte de todo el conjunto. El diseño no debe ser demasiado radical", plantea Alexandre Mouriño, de JAM2 Arquitectos.
El concurso del proyecto de redacción, que se licitará por un máximo de 202.000 euros, concederá una gratificación de 10.000 euros al diseño ganador, mientras que el segundo y el tercero mejor puntuados recibirán 7.000 y 3.000 euros, respectivamente. Una vez adjudicado, el estudio elegido dispondrá de un máximo de tres meses para cerrar su propuesta.
Los balcones se abren a las visitas 15 años después de despedir a los militares
- El Faraday abrió ayer sus puertas a la primera visita que recibe en 15 años tras despedirse en agosto de 2002 de los militares a los que sirvió durante 50 años. El inmueble, uno de los iconos de la antigua Escuela de Transmisiones y Electrónica de la Armada (ETEA), será rehabilitado como la primera pieza de un gran campus científico y tecnológico que echa a andar con 10 años de retraso. Los arquitectos que aspiran a convertirse en los artífices de esta transformación pudieron recorrer ayer sus cinco plantas pertrechados de cámaras y disfrutar de sus envidiables vistas a la Ría desde sus balcones y terrazas, como recoge esta imagen.
Ramón Viéitez - Estudio arquétipos!
"El entorno es un espectáculo y el patio interior, que recuerda un claustro, resulta muy interesante"
El estudio Arquétipos! -integrado por Viéitez, Brais Barreiro, Alberto Cebral y Jacobo Formoso- está especializado en rehabilitaciones. Firma la recuperación de la Torre del Reloj de Baiona y varias obras en el Casco Vello, donde tiene su sede. De hecho, acaban de entregar un proyecto en A Ferrería para el Consorcio. "El Faraday es un buen edificio para el Campus el Mar y, a pesar de los 15 años de abandono, su rehabilitación es posible. El entorno es un espectáculo y el patio interior, que recuerda la arquitectura claustral de los monasterios, resulta muy interesante", aseguraba tras la visita. "Ojalá todos hubiésemos tenido estas vistas como estudiantes. Podrán tomarse en la playa el café del mediodía", añadía entre risas.
Alexandre Mouriño y Mercedes Puy - Jam2 Arquitectos
"No se puede pensar como un edificio aislado; hay que tener en cuenta su encaje urbanístico"
"Está mejor de lo que pensábamos. El edificio tiene una estructura bastante moderna y será fácil trabajar con él, aunque para poder encajar el programa que pide la Universidad habrá que plantearse modificaciones serias", comentaban tras la visita Alexandre Mouriño y Mercedes Puy, del estudio JAM2. A igual que otros arquitectos, destacaban el patio arbolado del interior: "Da bastante juego como un espacio de recogimiento. Le vendría muy bien a los investigadores como una zona para estar más tranquilos". También apuntan al urbanismo, uno de los puntos fuertes del estudio: "No se puede pensar como un edificio aislado. Hay que tener en cuenta su encaje urbanístico en el entorno".
