"Estábamos trabajando y sin previo aviso escuchamos una explosión muy fuerte y vimos como cientos de cristales caían sobre la acera y la carretera. Nos asustamos mucho porque no sabíamos lo que pasaba". María José Fernández trabaja como peluquera en un negocio de Sanjurjo Badía y ayer al mediodía vivió una de las situaciones más angustiosas que recuerda. Hacia las 14.40 horas un gran estallido paralizó toda la actividad de la zona y movilizó a varias patrullas de la Policía Local, Policía Nacional y Bomberos. La primera hipótesis de los servicios de emergencias apunta al calentamiento y estallido de algún dispositivo electrónico en el salón del piso. El interior de la vivienda se vio afectado por la onda expansiva y se registraron importantes daños materiales a causa de un incendio que fue sofocado por los Bomberos.

Una vecina con movilidad reducida fue trasladada a un centro hospitalaria por precaución. Su hija pidió ayuda a los efectivos desplazados al lugar de los hechos al no poder evacuar a su madre. El humo que se extendió por los rellanos del edificio alargó casi dos horas las tareas de los servicios de emergencia.

La vivienda está arrendada a una joven que se encuentra de vacaciones en Zamora. Sin embargo, tres amigos están disfrutando del piso en su ausencia. Ninguno de ellos, ni el perro que les acompaña, se encontraba en el interior del inmueble cuando se produjo la explosión. "Por suerte para nosotros estábamos dando un paseo y nos enteramos de todo cuando regresamos y contemplamos todo el dispositivo", comentaba uno de ellos visiblemente nervioso. Ninguno sabía todavía qué había podido pasar. "No dejamos nada encendido en la cocina y no nos dicen nada. Nuestra amiga, al ver que estábamos bien, se ha tranquilizado porque le resta importancia a que haya daños materiales", confirmaba uno de los inquilinos.

La calle estuvo cortada al tráfico en el primer tramo de Sanjurjo Badía durante varios minutos. Los servicios de limpieza se afanaron en retirar todos los cristales de la acera y la calzada para evitar más daños en viandantes y conductores.

Aunque no hubo que lamentar daños personales, los residentes mostraban su nerviosismo instantes después de que los agentes levantasen el cordón de seguridad. "Te queda mal cuerpo porque piensas que puede volver a ocurrir", señalaba Paloma Gómez, vecina de un inmueble contiguo. "Te asustas hasta que te confirman que no hay heridos", apuntaba la peluquera que dio el aviso a la Policía Local.