Un largo procedimiento judicial que ha llegado a su fin. El Juzgado de lo Mercantil número 3 de Pontevedra, con sede en Vigo, ha decretado la conclusión del concurso, por finalizar la fase de liquidación, de Hidroscivil, una constructora que en su día fue de las más importantes de la ciudad en el ámbito de obra pública. La empresa había sido declarada en concurso de acreedores en julio de 2012 y en noviembre de ese mismo año entraba ya en liquidación. La firma se vio abocada a esta vía ya que había acumulado una deuda próxima a los 5 millones de euros. El activo declarado, sus bienes, ascendía a casi 3 millones.

Pese a que la liquidación ha supuesto la desaparición de esta constructora -sobre la que se acaba de acordar oficialmente su extinción-, se pudieron liquidar todos los bienes y el balance del concurso se considera satisfactorio en el sentido de que se han logrado abonar todos los créditos preferentes -las deudas que había con los trabajadores, así como otros pagos, como al propio administrador concursal- y en proporción los créditos ordinarios. Algo que en procesos de esta materia no es habitual, ya que los bienes que se consiguen vender o subastar no suelen dar para pagar en la extensión de lo que ha sucedido con esta empresa. "Muchas veces los propios administradores concursales se quedan sin cobrar", afirman las fuentes consultadas.

En la liquidación de Hidroscivil, uno de los bienes que se sacó a puja fue una nave que la firma tenía en la avenida de Madrid de Vigo. Esta constructora entró en concurso en la misma fecha que Alzadia Obras, pero los procedimientos se tramitaron por separado y de hecho el proceso de esta última empresa se dio por concluso en 2016.

En este juzgado siguen vivos otros procedimientos concursales declarados ya hace años, como es el caso de la antigua conservera Bernardo Alfageme -abierto en 2010-, el de Promalar -de 2011- o el de la constructora Mario Puentes -de 2015-. Más recientes son los de la empresa de limpieza Linorsa o el del Pazo de Congresos de Vigo.