"Hoy en día muchos jóvenes aprenden todo lo relacionado con el sexo a través de la pornografía. Y es peligroso". Sonia Morán es quien atiende en Vigo, a través del programa Quérote+, promovido por la Consellería de Política Social, a todas aquellas personas con dudas, problemas y ganas de aprender en materia sexual. Pero su trabajo va más allá. El año pasado cerca de 2.000 jóvenes de la provincia se acercaron hasta su oficina, descolgaron el teléfono o escribieron un correo o WhatsApp para solventar aquellas trabas que les impedían disfrutar de sus relaciones íntimas. También lo hicieron aquellos que sufren acoso escolar o quienes se sienten inseguros con su cuerpo.

El gabinete vigués es el que más peticiones recibió el año pasado en Galicia. En total son seis en toda la comunidad, pero el situado en la calle Ferrería es el único operativo en la provincia de Pontevedra. De las 1.842 consultas recibidas, el 72% tenían que ver directamente con dudas o problemas sexuales. "Nacimos con esta finalidad y nuestros usuarios siguen viniendo por su vida íntima", asegura Morán, quien apunta a que siguen siendo las mujeres las más asiduas. "Ellas tienen menos vergüenza y se muestran más abiertas a tratar temas sexuales". En 2016 supusieron el 63% de las consultas.

Además de escuchar y aconsejar, el centro Quérote+ ofrece otros servicios, algunos de los cuales resultan de vital importancia. Desde hace varios años entrega preservativos de manera gratuita a todos aquellos que los soliciten. También realiza dos exámenes que cada vez son más demandados entre los jóvenes: una prueba de embarazo y un test rápido de detección de VIH. Este último fue requerido por hasta 410 personas el año pasado. "Es muy sencillo y en 20 minutos tienes los resultados", explica la psicóloga del centro.

La confidencialidad es el elemento estrella. El hecho de que los visitantes no tengan que aportar su identidad permite una mayor cordialidad entre las partes y acelera el atrevimiento de los jóvenes. "Me hacen preguntas de todo tipo y muchas son sobre algunas prácticas sexuales que han consumido en la pornografía", apunta Morán, quien añade que "hoy en día es su única fuente de educación erótica y les da una imagen totalmente distorsionada y negativa de la realidad".

Para evitar que cale lo que se exhibe en el cine para adultos, acude semanalmente a centros escolares de la provincia para concienciar a los estudiantes que no todo lo que se ve en la pequeña pantalla es real. "Luego llegan las desilusiones", bromea.