El nuevo gobierno de la Diputación de Pontevedra llega al ecuador del mandato con 13 millones de euros destinados a políticas de empleo y un compromiso renovado con la transparencia en el reparto de fondos a los concellos y un "trato justo" a las ciudades tras décadas "siendo ignoradas" por la administración popular. Carmela Silva defiende el papel de las diputaciones para ayudar a "sobrevivir" a los municipios más pequeños que carecen de servicios básicos y anuncia un plan para extender las humanizaciones al rural con el fin de intentar fijar población. En los dos años que tiene por delante el gobierno de coalición con el BNG seguirá apostando por el turismo "de calidad", la promoción de Peinador y el emprendimiento.

-¿Cree que los ciudadanos perciben el cambio en el modelo de gestión que prometieron PSOE y BNG?

-Es una evidencia y así lo reconocen los vecinos, los propios alcaldes, con independencia de su color político, los empresarios y colectivos culturales, sociales o deportivos. El giro ha sido radical y absoluto.

-¿En qué se diferencia la Diputación de hoy de la de 2013?

-Somos una administración moderna, que sigue los procedimientos, no comete irregularidades, reparte sus recursos con criterios objetivos y transparencia, gestiona para las personas y volcada con la promoción económica frente a un gobierno anterior que solo invertía en ayuntamientos del PP, castigaba a las ciudades y cuyo único objetivo era mantener el poder y no desarrollar el conjunto de la provincia.

-¿Ha encontrado mucha resistencia al fondo local para los concellos o la convocatoria de concursos para el reparto de ayudas?

-Solo por parte de quien tenía privilegios y pretendía mantenerlos. Pero la prioridad de este gobierno desde el minuto uno fue aplicar un reparto justo de los recursos.

-¿Por qué no convencen sus explicaciones a la oposición?

-Es tan fácil como analizar el presupuesto. Tenemos 41,4 millones del Plan Concellos para municipios de menos de 50.000 habitantes que se distribuyen siguiendo criterios públicos y objetivos. Y con Pontevedra y Vigo se firmaron convenios por valor de siete millones de euros porque habían estado absolutamente abandonadas por la Diputación.

-¿Qué resultados han tenido los 13 millones destinados a empleo?

-Creamos 5.000 empleos en dos años y el 30% de los becados por el plan de práctica laboral en administraciones y empresas se quedan en las mismas firmas donde realizaron sus prácticas.

-¿Se puede impulsar la economía sin tener competencias?

-Por muchísimas vías. Con el proyecto Smart Peme asesoramos en el uso de las TIC a más de tres mil firmas que ganaron eficiencia y generaron puestos de trabajo, creamos la red de maestros composteiros y somos la única institución que forma canteros con exalumnos contratados en el Capitolio o la Sagrada Familia. El empleo es una de nuestras prioridades y el próximo año incrementaremos los fondos. Es una obligación mientras siga siendo el principal problema en la provincia.

-¿Cuáles son las reformas importantes que quedan pendientes para la segunda mitad del mandato?

-Nos toca consolidar los proyectos más relevantes. El cambio de modelo en el tratamiento de residuos sólidos no se produce en dos ni en cuatro años. Lo mismo sucede con nuestra apuesta por la igualdad y por visibilizar el papel de la mujer en la provincia. Y es la hora de volcarnos con los pequeños ayuntamientos que fruto del abandono del PP carecen de servicios básicos y dotaciones como auditorios o centros de día, sin descuidar los sectores productivos ni el emprendimiento.

-¿Cuánto destinarán a la mejora de las infraestructuras?

-Tenemos un plan dotado con 20 millones de euros para mejorar la seguridad vial, la movilidad y promover las humanizaciones en los concellos pequeños para crear espacios de encuentro dignos. Darles servicios y equipamientos ayudará a mantener población en el rural.

-¿Ve posibilidad de extender el proyecto de arte urbano de Vigo?

-Ya estamos en marcha. En Caldas tienen un plan muy ambicioso y estudiamos con un grupo de artistas llevar el arte mural por toda la provincia a partir de enero. "Vigo, unha cidade de cor" es ya un referente que va a dejar una huella importante y será copiado por muchas ciudades europeas por su capacidad para transformar espacios degradados.

-¿Ha cumplido ya con Vigo su promesa de compensarla por años de castigo desde la Diputación?

-El año pasado invertimos en la ciudad unos 18 millones de euros y este año una cifra similar. Estamos renovando al 50% con el Concello el estadio de Balaídos, que será un hito arquitectónico, apoyamos O Marisquiño, que nos convierte en referente internacional de los deportes urbanos, venimos de respaldar el Vigo SeaFest, invertimos un millón de euros en asfaltados en el rural, renovamos el césped artificial de campos de fútbol y respondimos a dos demandas históricas con la humanización de la carretera Provincial y la Estrada do Porto en Beade cuyos proyectos se están redactando. Invertimos 800.000 euros en la sede de la UNED y dedicamos 800.000 euros a promocionar vuelos. El Concello de Vigo tiene ahora en la Diputación a su gran aliado.

-¿Financiará también al 50% las dos gradas pendientes en Balaídos?

-El compromiso siempre fue apoyar el proyecto hasta el final asumiendo la mitad del coste si ninguna administración colaboraba.

-¿Cree que ya se ha superado el temor a que por ser viguesa la ciudad acaparase demasiada inversión?

-Se demostró en pocos meses que era una falacia, ya ni la oposición se atreve a decirlo. Dedicamos muchos más recursos a los concellos de menos de 50.000 vecinos y, muy particularmente, a los de menos de 10.000 y 5.000. A Vigo le damos lo que le corresponde por derecho, ni más ni menos, es un acto de justicia, porque antes se la ignoró. Dar recursos a Vigo y a Pontevedra no es un gasto, es una inversión que repercute en riqueza y empleo en sus respectivas comarcas. Louzán no quería que Vigo creciera por motivos exclusivamente partidistas, pero las administraciones tienen que apoyar a la ciudad no por bonhomía, sino por derecho propio.

-¿Volverá la Diputación a financiar rutas aéreas en Peinador?

-Si el Concello nos lo pide, desde luego. Son los gobiernos locales los que deciden a qué proyectos se destinan ahora los fondos, pero además estoy convencida de que es fundamental apostar por el aeropuerto porque repercute en el conjunto de las Rías Baixas. Un número importantísimo de visitantes llega en avión y los propios empresarios de O Salnés me piden que apoyemos a nuestro aeropuerto porque genera riqueza en todo el sur. Por poco que inviertas en Vigo y su aeropuerto te lo devuelven multiplicado por mil.

-¿Se puede presidir la Diputación y estar en el gobierno de una ciudad de 300.000 vecinos de forma eficaz?

-Si se trabaja mucho sí. Es una cuestión de esfuerzo y de elegir a dos equipazos en el Concello y en la Diputación. La mejor demostración son los resultados logrados en el área de Patrimonio Histórico en Vigo con un proyecto de arte urbano que es un referente a nivel internacional, la rehabilitación de la villa romana de Toralla o el plan para recuperar la muralla de O Castro que espero firmar muy pronto con Fomento.

-El turismo atraviesa un momento dulce. ¿Qué plan tienen para atraer visitantes todo el año y consolidar puestos de trabajo?

-En dos años cambiamos por completo el modelo turístico de Rías Baixas. Además del sol y playa, ahora apostamos por la cultura y el patrimonio arqueológico y arquitectónico. Tenemos seis rutas del Camino de Santiago con mucho poder de atracción, un enorme talento musical y audiovisual que cristaliza en los Rías Baixas Fest y un interior que es un espectáculo a nivel medioambiental y gastronómico. Las Rías Baixas lo tiene todo para triunfar, pero queremos un turismo de calidad, no una masificación. Y eso exigía un cambio en la promoción.

-¿En qué se traduce?

-Más promoción en destinos como Madrid o Lisboa y la búsqueda de nuevos públicos a través de las redes sociales. Estamos en contacto con las casas gallegas de todo el mundo y en el próximo Fitur presentaremos un proyecto de desestacionalización para que el visitante descubra que las Rías Baixas son distintas y mágicas en cada estación. Seguiremos cuidando la calidad y la formación del sector hostelero.

-¿Cuánto se dedica a turismo?

-Casi cinco millones. Aumentamos algo la partida, pero la clave está en que gestionamos mejor el dinero y tenemos muchas más ideas y una visión más moderna de la promoción. Ahora los recursos van a proyectos concretos y se gastan en actividades que sí generan retorno y ayudan a crear puestos de trabajo.

-El futuro de las diputaciones está en entredicho incluso dentro de su propio partido. ¿Ha cambiado su visión ahora que está dentro?

-Hay mucho desconocimiento. Marea y Podemos abogan por su desaparición sin conocer la realidad. En este país hay muchísimos ayuntamientos de 300 habitantes que sin un órgano intermedio entre los gobiernos autonómicos y los concellos se verían abandonados. En el caso gallego, la Xunta vive muy alejada de la realidad y el mundo local, solo mira a Madrid. Se imponen leyes como la de administración electrónica y no se dan recursos para implantarla y son las diputaciones las que asumimos ese trabajo. Estoy abierta al debate y si se plantea una reforma constitucional habrá que fijar con claridad qué competencia ejerce cada una. Pero diputaciones u otro instrumento intermedio es necesario para que los pequeños sobrevivan.