En la falda norte de la Serra do Galiñeiro, el techo de Vigo, los prismáticos de la Xunta fijan este verano su atención más que en ningún otro punto de la ciudad. A pesar de que todo el Concello es uno de los 195 municipios gallegos considerado como zona de alto riesgo de fuego forestal, los siete quilómetros cuadrados que albergan a la parroquia de Zamáns forman parte del club de los puntos más "calientes" de la geografía gallega.
Según el plan de prevención e defensa contra os incendios forestais de Galicia (Pladiga), elaborado por la Consellería de Medio Rural, la más meridional de las entidades de población viguesas es una de las 73 parroquias de alta actividad incendiaria del país. Su presencia en esta cartografía, en la que aparecen otras 13 localidades de la provincia de Pontevedra, no se debe a que haya sufrido fuegos de gran virulencia -como sí sucede con 16 parroquias incluidas el listado- sino al número reiterado de fuegos que, según la Xunta, tuvieron lugar en su territorio.
Para Medio Rural toda entidad de población que haya registrado una media anual de 7 o más incendios en los últimos cinco años tiene una alta actividad incendiaria y, durante ese periodo, se produjeron un total de 21 fuegos en la parroquia viguesa.
Las cifras sorprenden a Jose Ángel Yugueros, secretario de la Comunidad de Montes de Zamáns, que considera la inclusión de su población en la citada lista como "excesiva" . No solo porque en los últimos años, asegura, solo "hubo pequeños conatos de incendios que fueron rápidamente sofocados" sino por las óptimas condiciones de su floresta. "Nuestras 237 hectáreas de monte comunal, en las que hay bastante masa forestal, están limpias. Tenemos diez operarios desde abril a finales de septiembre dedicados a la limpieza y mantenimiento del bosque, pistas forestales y cortafuegos, además de otras dos personas que hacen estas tareas durante todo el año", explica.
Modesto Rodríguez, presidente de la Asociación de Veciños de Zamáns, también extrañado por el nuevo "título" de la parroquia, coincide con su vecino. Indica que "si bien puede haber terrenos de particulares con maleza", el monte comunal de Zamáns "es uno de los más limpios de Vigo". La última vez que se produjo un gran incendio en la localidad, recuerda, "fue hace unos 20 o 30 años". Las cifras de Medio Rural no lo desmienten. Las 5,64 hectáreas quemadas en la última década en Zamáns -algo menos del 1% de su territorio- la convierten en la parroquia con menor superficie quemada de todas las que aparecen en la lista roja de la Xunta. "Hacemos todo lo posible para que si un día se produce un fuego el daño que provoque sea el mínimo posible", explica el presidente de la comunidad de montes. En ese sentido, señala que las labores de prevención incluyen también una apuesta por recuperar la masa forestal originaria. "Estamos tratando de eliminar todo el eucalipto existente. Únicamente hemos hecho una plantación en la zona de San Cosme porque es la única especie que admite el terreno de esa zona. En el resto de la parroquia los hemos cortado y estamos plantando arboleda autóctona, castaños, cerezos, carballos....", asegura.
Por ello, pese a que en las última calurosas jornadas el índice de riesgo diario de incendio forestal en la zona ha oscilado entre "muy alto" y "extremo", tanto Rodríguez como Yugueros se muestran confiados en que no prenda ninguna llama. Ambos reconocen que las labores de vigilancia "no sobran" pero creen innecesarias las "medidas extraordinarias" previstas por la Xunta en las parroquias de alta actividad incendiaria como la suya. Lo que sí considera preciso Yugueros es que la colaboración entre los dispositivos de la Xunta y la comunidad de montes sea "más franca" y esté "menos burocratizada".
