Como una fan más, bailará durante el próximo concierto de la banda Morat en Vigo y en noviembre vibrará con los ritmos de Mayumaná. Xabela está aprendiendo a disfrutar de la vida sin uno de sus sentidos e ignorando miedos y prejuicios. En Semana Santa se lo pasó en grande en la Warner y sigue acudiendo al cine. "Le encanta y yo le voy explicando las películas, pero estaría bien que alguna sala en Vigo tuviese audiodescripción", plantea Olalla.

"También hemos estado en Vigozoo y en el acuario de O Grove. En ambos casos llamamos antes y utilizaron material adecuado para ella. Si hay ayuda y voluntad se pueden hacer cosas", agradece Ramón.

Y es que la agenda de la pequeña está repleta de actividades. Participó en un maratón en Coia y, tras acudir a un campamento de la ONCE en Madrid y al de su colegio, seguirá acudiendo a otras iniciativas similares este verano en Vigo y Ourense.

"Si antes teníamos miedos como padres, ahora más, pero queremos que tenga iniciativa y autonomía. Lo importante es la voluntad. Nuestra prioridad es ella pero queremos que siempre diga 'Yo puedo' y que tenga su vida y sus amigos. Nuestra labor es darle ese empujón. Y yo siempre le digo que ahora tiene que estudiar más que nunca por su futuro. Ya no puede usar su tableta que tanto le gustaba, pero se da cuenta de que puede hacer muchas cosas y quiere seguir probando", celebra Olalla.

En el último año, Xabela, que ya ha terminado el tratamiento médico, ha vuelto a sus clases de inglés y también de piano tras aprender a leer las partituras en braille en el centro de la ONCE. "Va a clases de música en Sárdoma. Hizo las pruebas para el próximo curso en el Conservatorio de Vigo y sacó notable pero no hay plazas reservadas para personas con ceguera y no pudo entrar", lamenta su madre.

También forma parte de un coro, ha hecho un curso de adaptación para poder seguir yendo a la piscina y ha probado con el baile moderno y la hípica.

"A veces, los padres pecan de sobreprotección y tienen miedo a que los niños estén solos, pero ellos lo están haciendo muy bien y sorprende su entereza. Xabela participa en todo. La vida es visual pero el objetivo es que la niña sea completamente autónoma", destaca su profesora de la ONCE, Isabel Saavedra.

Compartir la vida escolar con Xabela también es una oportunidad para el resto de la clase. Les prepara para actuar en una sociedad que todavía no sabe cómo comportarse adecuadamente con las personas invidentes ni facilitar su inclusión en el día a día.

"Es un trabajo de todos. El aprendiza cooperativo puede ser muy enriquecedor para los niños. En una clase de ciencias naturales, por ejemplo, es más interesante que puedan tocar unas hojas o salir de excursión que ceñirse a un libro", plantea Saavedra.

"En el CEIP Illas Cíes todo el mundo ha colaborado. Están abiertos a todo y esto no siempre resulta fácil. Hasta el bedel ha elaborado material manipulable. Y la profesora de la biblioteca pidió libros en braille a la ONCE para Xabela y para que los otros alumnos los conozcan. Ella fue con su máquina por todas las clases enseñándoles a los otros niños cómo se escribe", revela la docente.

Xabela dispone de dos máquinas Perkins (en la foto superior) para escribir en braille, una en clase y otra en casa, cedidas por la ONCE. La organización supone una ayuda indispensable para la niña y sus padres. "La oncóloga ya nos recomendó en el hospital que nos pusiésemos en contacto con ellos y la afiliamos antes de que empezase el curso. Isabel lo es todo", agradece Olalla.

Frente a esta colaboración, los padres se han encontrado muchas trabas burocráticas, por ejemplo, a la hora de certificar su discapacidad o con las ayudas para los libros de texto. Este curso, Xabela tuvo que estudiar sin ellos, pero en la ONCE ya están preparando los volúmenes que empezará a utilizar a partir de septiembre. Y seguro que volverá a aplicarse en sus estudios con el mismo tesón que ha demostrado hasta el momento.