El presidente del Celta está dispuesto a entablar una vía de diálogo con el Concello de Vigo para blindar la continuidad del equipo en la ciudad a través de una concesión a largo plazo del estadio municipal de Balaídos. Después de anunciar el pasado 7 de abril su marcha "irrenunciable" para construir un nuevo campo y una ciudad deportiva en otra localidad, Carlos Mouriño abre ahora la puerta a lograr una salida negociada con el gobierno vigués que pasaría por sustituir el actual convenio de 2009 por una concesión a 40 o 50 años que incluya un aparcamiento, aprovechamientos comerciales bajo las gradas y un mayor control de la sociedad deportiva sobre la reforma de las dos gradas que quedan por modernizar y la obra ya iniciada en Río en la que lamentó retrasos que podrían ocasionar problemas con la renovación de los abonos.

En un mensaje grabado de diez minutos de duración y publicado en la página web del club y en sus redes sociales, el mandatario celeste reconoció que se está en camino "de llegar a grandes acuerdos" con el Ayuntamiento de Vigo, si bien no abandonó por completo el tono duro empleado contra el alcalde en los últimos meses. Le recriminó a su optimismo asegurando en las últimas semanas que el Celta jugaría en Vigo "toda su historia". "Nos extraña que alguien totalmente ajeno al club pueda decir que el Celta va a seguir jugando en Balaídos cincuenta o cien años porque la decisión corresponde al Consejo de Administración en colaboración con los aficionados", precisó en su discurso.

Pero estas críticas iniciales dejaron paso al reconocimiento explícito de un acercamiento de posturas entre ambas partes, llegando a explicar Mouriño que desde el Celta se está "en la mejor posición de diálogo y entendimiento" para dar con una salida satisfactoria para todos. Preocupado desde el primer minuto por que las conversaciones se llevaran de forma discreta, el presidente lamentó que se haya "manoseado" en público la posibilidad de una reunión suya con el alcalde y de que se hiciera público que en los próximos días se le hará llegar una oferta oficial de la concesión. Fue en este punto cuando Mouriño entró a fondo en las condiciones que están sobre la mesa para firmar ese contrato.

"Solicitamos que el estadio tenga aparcamiento, que podamos aprovechar locales comerciales, que se recojan las aguas de las inundaciones, que una vez aprobados los proyectos de reforma de las gradas no se modifiquen sin autorización del Celta, que el estadio sea cómodo para los aficionados con ascensores en todas las plantas, que los asientos sean los correctos y se solventen problemas graves como los que tuvimos con la iluminación en los partidos de la UEFA", enumeró el presidente del Celta en un mensaje grabado desde su despacho en el que precisó que todos estos puntos tendrían que recogerse por escrito y acompañarse "de una seguridad jurídica y legal que nos dé tranquilidad para el futuro".

Si todo eso se cumple, el proyecto sobre el que se negocia "estaría para hacerse en tres o cuatro años" y Mouriño exige al Concello que en la oferta que ambos exploren en los próximos días se concreten "qué partidas se van a usar, en qué plazos y qué cantidad va para cada cosa, además de penalizaciones para quien sea responsable de los retrasos".

El presidente del Celta quiere garantías por escrito que regulen las relaciones del club con la administración local y zanjar cuanto antes la situación de incertidumbre. "Llevamos retraso y no podemos volver a perder tiempo y que el trabajo que hay detrás para realzar la ciudad deportiva y el estadio en otros ámbitos del área se pierda porque no consigamos hacer un documento que no dé suficientes garantías", reclamó Mouriño en alusión a las conversaciones iniciadas hace meses con el concello de Mos para construir allí un estadio nuevo y una ciudad deportiva sobre la que llegó a tener conversaciones con la Xunta.

Aún el jueves se dejó fotografiar con la alcaldesa de Mos, Nidia Arévalo, durante una visita a un campus de verano del Celta, pero esta vía parece ahora cerrada toda vez que el presidente del Celta habla por primera vez en meses de "diálogo" con Vigo y recuerda en su intervención que el proyecto de concesión de Balaídos cuenta con el respaldo de todos los grupos municipales. "No somos pesimistas ni mucho menos, al revés, estamos en el camino para llegar a grandes acuerdos", aseguró respecto a la posibilidad de pactar los términos de la concesión con Vigo. "El PP estaba por la concesión con todos los requerimientos que el Celta quería y Marea, con diferencias sobre los importes, también proponía la concesión como mejor manera de salir del problema", recordó el mandatario celeste, que dedicó los minutos finales de su intervención a despejar el camino a un pacto municipal.

"Lo que tenemos que hacer es olvidarnos de los éxitos de alguien o de nadie, sino trabajar en conjunto de forma eficaz y eficiente para que si todoa la corporación está con esta idea, poder trabajar para llevarla adelante y es el momento ideal de complementarla con la ciudad deportiva para que no haya ni ganadores ni perdedores y solo gane la ciudad y los celtistas". Si el Concello asume sus condiciones, Mouriño asegura que en el club "estaríamos felices". "Ojalá entre todos lo podemos conseguir porque con esto dejaríamos atrás todas las polémicas y haríamos un gran club con un gran futuro para que todos los celtistas y la ciudad disfrutáremos de él. Si lo conseguimos, todos podemos seguir soñando", destacó usando como cierre uno de los lemas del equipo.