Preocupación entre los agentes económicos de la ciudad. El controvertido funcionamiento del Puesto de Inspección Fronterizo (PIF), la huelga del sector de la estiba y el reciente acuerdo entre los sindicatos y la Asociación Nacional de Empresas Estibadoras y Consignatarias de Buques (Anesco) o la necesidad de reducir los costes para evitar que continúe el desvío de tráficos a otros puertos portugueses centraron ayer un intenso debate en el Círculo de Empresarios de Galicia. Pese al crecimiento del 5% en el tráfico total durante el último mes, los asistentes en la mesa redonda mostraron su intranquilidad por el futuro próximo de la terminal viguesa. "El Puerto de Vigo tiene una importancia vital para la ciudad porque es la roca de su economía y el principal contacto que existe con otros mercados", apuntó Juan Güell, presidente del Círculo de Empresarios.

Durante los distintos turnos de palabra, los asistentes criticaron con dureza el excesivo "celo" de los inspectores del PIF en Vigo, actitud a la que achacaron la imparable fuga de mercancías hacia Leixões. Así, David Regades, segundo teniente de alcalde de Vigo; José Luis Freire, presidente del Conxemar; Enrique López Veiga, presidente de la Autoridad Portuaria; Javier Touza, presidente de la Cooperativa de Armadores de Pesca del Puerto de Vigo (Arvi); Jorge Cebreiros, presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP); Marisol Landriz, gerente de la Asociación de Comercializadores de Pescado de Vigo (Acopevi); Juan Uhía presidente de la Asociación de Transitarios de Galicia; José Manuel Raimúndez, director general de Termavi; Sergio Rodríguez, representante del sindicato de estibadores y Ramón Cortegoso, de los consignatarios del puerto, denunciaron los "excesivos" problemas" que tiene la terminal viguesa en comparación con sus homólogas lusas. López Veiga calificó de "tontería" las trabas que ponen los inspectores en Vigo y que "obligan" a que la mercancía termine llegado por carretera. El resto de ponentes aplaudieron la decisión del presidente de la Autoridad Portuaria de solicitar un triple requerimiento a la Comisión Europea para que explique las diferencias entre el PIF de Guixar y el de Oporto.

En este sentido, Cebreiros reclamó que el puerto "juegue" con las mismas reglas que Leixões y pidió un análisis comparativo con otras terminales para conocer las diferencias en el trato entre unos profesionales que "deberían hacer el mismo trabajo". "Lo que no es de recibo es que lo que no vale para nuestro puerto sí valga para otro que está a pocos kilómetros", denunció el presidente de la CEP.

Freire fue más allá y endureció su discurso al hablar de los inspectores del PIF. "No nos debemos quedar de brazos cruzados ante unos señores que están perjudicando seriamente a Vigo, apuntó.

La estiba fue otro de los temas centrales del debate. Críticos con el acuerdo alcanzado hace escasos días por los sindicatos y Anesco, la mesa (a excepción del representante sindical) exigió la liberalización del sector de manera "inmediata". López Veiga alertó sobre un convenio con el que la Comisión Europea volverá a llevar a España a los tribunales y derivará en una nueva sanción.

Por su parte, Raimúndez señaló que los acuerdos logrados son "continuistas" y denunció la existencia de clientes portuarios "secuestrados" por esta problemática. Cebreiros apostilló que no es buena idea sumar subrogación de empleos, certificación profesional y censos cerrados en un mismo pacto y el presidente de Conxemar sugirió eliminar los monopolios para reducir costes en el puerto.

Esta idea ocupó la última parte de la mesa redonda. Freire reivindicó la necesidad de crear una industria global que aumente la competencia entre los profesionales. "Reduciendo costes impediremos que las empresas elijan otras terminales. Debemos reaccionar pronto para frenar la fuga de mercancías", apuntó. También volvió a exhibir su defensa del Puerto de Marín, del que aseguró que no es "enemigo" del de Vigo y al que calificó como una "bendición" al estar a pocos kilómetros de distancia.