Si en su primer año de actividad, el Sergas calculó que el Álvaro Cunqueiro había realizado medio millón de atenciones, para este segundo año, duplica la estimación. El gerente del área analiza estos resultados y habla del futuro de todo el complejo.

-¿Es esta la actividad óptima o todavía queda camino?

-Queda mucho camino, no sabría estimarlo. El hospital está en un momento de despegue. Tiene una actividad estabilizada y hay otra que no depende de la capacidad planificadora del centro, como las urgencias. La tendencia es a cuantas menos mejor y que los PACs aumenten su capacidad resolutiva o de atracción. Hay otros que van a estabilizarse o ir a la baja, como hospitalización, donde hay margen de mejora en la estancia media y ambulatorización. También seguiremos ambulatorizando cirugía. El 70% ya es en el Meixoeiro.

-¿Qué podemos esperar de las listas de espera a cierre de junio?

-La tendencia natural de Vigo es a converger con los hospitales gallegos de nuestro tamaño, en un periodo razonable de dos a tres años.

-¿Pero en las próximas listas veremos un recorte de esta distancia?

-No tengo las cifras.

-Pero sí, una visión del día a día.

-Tengo una idea de producción, pero no directa de resultados. El hospital está operando más y más complejo, pero , al final, en la lista de espera pesa igual una cirugía cardíaca que una uña encarnada. Se primó la complejidad porque la labor con la cirugía menos compleja ya estaba hecha de antes. Lo que teníamos de más antiguo era Trauma y cirugía de rodilla y es donde se hizo mayor hincapié.

-¿Cuáles son las medidas concretas? Por ejemplo, el año pasado se invirtió mucho dinero en concertación y autoconcertación. ¿Este año va en el mismo nivel?

-En concertación sí, en autoconcertación subimos un 10% y se hizo un esfuerzo para contratar efectivos, sobre todo en Trauma. Dos residentes, un anestesiólogo y personal de enfermería para el área quirúrgica. También se le dotó de más quirófanos, abriendo por las tardes o retirándoselos a otros servicios. Va a ser especialmente visible en verano, sin necesidad de detraerlo a nadie. Aunque bajará su actividad, lo hará en menor medida que el resto y menos que otros años.

-¿Cómo prevén resolver los más de ocho meses de espera media por una colonoscopia?

-Algo parecido y juega a nuestro favor la incorporación del programa gallego detección precoz de cáncer de colon. Las pendientes son una mezcla de diagnósticas y de seguimiento y estas últimas las va a ordenar el cribado. Las sujetas a alta sospecha de cáncer entran por vía rápida, pero no es admisible que haya esas esperas. Va a haber más recursos. Aspiro a tener dos digestivos más.

-En el plan estratégico se habla de unidades superespecializadas para ser referencia en Galicia, en otras comunidades y en Portugal. ¿Cuáles tiene en mente?

-Alguna, pero no puedo avanzarla. Tenemos cinco grandes áreas en las que somos muy potentes: aparato circulatorio, cáncer, salud mental, materno-infantil y cronicidad. Esta última es de Primaria, así que para la superreferencia hablamos de las otras cuatro. En las malformaciones arteriovenosas hay posibilidades, pero las que mejor funcionan son aquellas que emanan de los profesionales. Hace tres meses, profesionales de 10 servicios y categorías nos propusieron la creación de una unidad de ELA.

-¿Ya está en marcha?

-Aún no.

- Hablan de reorganizar los procesos de ingreso y revisar la asignación de camas en función de los datos de estos dos años. ¿Qué problemas encontraron?

-Hay unidades en el Cunqueiro que tienen una tendencia sistemática a estar desdobladas, como Cardiología, Cirugía general y Digestivo. Hay que analizar el por qué. Hay que comparar las estancias medias con centros de referencia y ver si somos ágiles o si hay obstáculos como retrasos en pruebas diagnósticas. En el caso de la cirugía, puede que con una reordenación de las operaciones con el Meixoeiro lo arregle. En Cardiología, si incrementamos las capacidades intervencionistas con una nueva sala, la posibilidad de que se complique está ahí y hay que dar una alternativa. Podemos variar el número de camas o incluso la ubicación.

-¿Con cuales se pueden cambiar? ¿Cuales tienen poco?

-Neurología, que incorporó guardias en noviembre de 2015, es un ejemplo de optimización de camas. Está ingresando un 10% menos de lo previsto. Trauma, al tener desplazado toda la cirugía del miembro superior y del inferior al Meixoeiro, también libera camas aquí, pero es más fluctuante por el paciente fracturado. Hay otras que cada vez avanzan más en cirugía ambulatoria, como Neurocirugía, Otorrino y Urología y también en corta estancia. Antes las próstatas ingresaban siete días y ahora, uno. El hospital es un organismo vivo. No descarto que en los próximos meses podamos asistir a una reasignación de camas o a una reasignación de velas y no pasa nada.

-¿Qué porcentaje de habitaciones individuales tiene Beade de media?

-No sabría decirlo.

-La pretensión era un 70%...

-No, el punto de partida.

-¿Están en lo esperado?

-Esperaba que se desdoblarán más. Parecía que éramos los únicos en este mundo que decíamos que 1.260 camas eran suficientes. Eran las que habían antes y hoy esperan un 40% menos en urgencias por cama y no se manda a ninguno fuera. Es un modelo más eficiente.

-¿Cuánto esperan los pacientes en urgencias por una cama?

-Menos de seis horas, que es lo que marcó el Sergas para 2016 y, para 2017, el objetivo es menos de cinco horas.

-En dos años, la planta tercera del Meixoeiro solo ha abierto 15 días y a la mitad. ¿Qué van a hacer con ella?

-Es una tranquilidad para el área sanitaria y no sabemos cómo van a evolucionar las necesidades. Todavía no está esto suficientemente asentado. Se mantiene como colchón.