Los demandados -excepto Guneypro, declarada en rebeldía- declararon ayer. Uno de ellos es el responsable de Rogina, la empresa propietaria del Odriozola. "El edificio estaba bien; yo estaba muy tranquilo, ya que como tenía elementos protegidos como la fachada o la escalera, estaba supercontrolado por los técnicos del Ayuntamiento", dijo el empresario, negando que el inmueble tuviese "humedades o carcoma" y matizando también que "nadie" le avisó de las obras de demolición del edificio contiguo.

Otro demandado, el contratista al que responsabilizan de haber dirigido la demolición del edificio contiguo, negó su participación en esta parte de la obra. Ya había dicho lo mismo en el juicio penal. "Quieren echarme el muerto", declaró entonces. Ayer insistió en que sólo fue contratado para "retirar escombros". "Nadie me entregó el proyecto de derribo ni recibí instrucciones; no hacía falta", afirmó, responsabilizando a otra empresa de la demolición. "Mis máquinas no recogieron nada que no estuviese previamente en el suelo", dijo.

Los aparejadores declararon que el estado del muro medianero era bueno. "Estaba perfectamente", describió uno. Sobre la declaración en la vía penal de un palista que aseguró haber visto una grieta en la medianera de la que el día del derrumbe empezó a salir "arenilla", uno de estos profesionales aseguró que esa marca era una "junta" de las distintas épocas del muro. La obra de demolición carecía de arquitecto. Esta profesional había renunciado días de arrancar los trabajos.